Para finalizar con las fases de la cadena logística, hoy hablaremos sobre la fase de Distribución, ya anteriormente hablamos de Aprovisionamiento y Producción. La distribución es la etapa de la logística que sitúa los productos donde el cliente los requiere. Por ende, se trata del componente que parece más importante a la vista del resultado de la empresa. Para ello debemos tener en cuenta los siguiente elementos:

Procedimientos de salida. Lo mismo que para la preparación de los envíos, será obligatorio elaborar unos procedimientos que nos permitan controlar y asegurar la calidad de nuestro servicio. Un procedimiento típico es elaborar un check list con todos los documentos necesarios a realizar, según los requerimientos del comprador, así como todas las acciones de coordinación necesarias para su salida. A medida que se realizan, se tachan, y el último paso es controlar que es cierto todo lo anterior.

Preparación de los envíos. Asegurarse que cada uno cumple con los requisitos exigidos.



Control de Stocks. Una gestión eficiente de los almacenes es fundamental para responder a las necesidades de la empresa, estableciendo niveles de seguridad, máximos, mínimos etc.

Planificación de los envíos-grupaje. Un caso específico de distribución puede darse cuando nuestro envío no llena un transporte convencional, por lo que debemos recurrir a la consolidación. Nos dirigiremos a un consolidador, que compra el espacio al transportista, (camión, contenedor, aéreo) y lo vende por trozos, coordinando las distintas necesidades y destinos. Es una solución eficiente, ya que normalmente es una filial del transportista, que incluye en el precio las manipulaciones necesarias.

Homologaciones. Conviene apuntar en este apartado la necesidad de comprobar por anticipado las homologaciones necesarias del producto en el país de venta, así como las posibles barreras administrativas impuestas por la Administración del país al comercio de nuestro producto.

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