
Producto
En los bienes de consumo, el producto viene definido básicamente por tres características: sentidos, sensaciones y emociones. Por ejemplo, en una prenda de vestir (textura, estilo), o en una bebida gaseosa como Coca-Cola (sabor, chispa de la vida). En marketing industrial, más que de productos hablamos de soluciones, y aquello que las define son sus prestaciones: la productividad de una máquina, las funcionalidades de un software.
Precio
El precio en marketing de consumo suele ser público y el mismo para el mismo tipo de cliente. En cambio, en marketing industrial el precio se negocia y se adapta según los servicios que se ofrecen a cada cliente.
Plaza (distribución)
En el entorno industrial, la formación tanto técnica como comercial del canal de distribución es esencial. El vendedor debe poseer un alto grado de conocimiento técnico y crear confianza y cercanía con el cliente.
Promoción
En muchos de los casos de empresas industriales, conocemos a nuestro cliente de manera directa y el contacto con él no sólo se produce a través de las actividades de marketing. Por ello, toda la organización debe ser consciente de su mensaje. Y dicho mensaje no debe basarse en promociones de precio, sino que debe transmitir valor.
Especialmente en el entorno industrial, es importante no banalizar el marketing y estudiar cuidadosamente nuestra estrategia de posicionamiento. El comprador es un comprador profesional, conoce el mercado y espera un alto nivel de prestaciones. En definitiva, su elección es ante todo racional, y por ello nuestra estrategia debe ser también racional.
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