
- Para su aprobación por superiores dentro de la organización.
- Para convencer a un inversionista.
- Para respaldar un pedido de crédito.
- Para presentar una oferta de compraventa.
- Para conseguir una licencia o una franquicia de una compañía local o extranjera.
- Para interesar a un socio potencial.
El plan de internacionalización reúne en un documento único toda la información necesaria para evaluar su negocio y los lineamientos generales para ponerlo en marcha.
En el proceso de realización de este documento se interpreta el entorno de la actividad empresarial y se evalúan los resultados que se obtendrán al accionar sobre ésta de una determinada manera. Se definen las variables involucradas en el proceso de internacionalización y se decide la asignación óptima de recursos para ponerlo en marcha.
Según sea la magnitud del proceso de internacionalización, la realización del plan puede llevar unos días o varios meses, ya que no se trata sólo de redactar un documento sino de imaginar y poner a prueba toda una estructura lógica. (¿Se puede vender esta cantidad a este precio? ¿Con esta estructura se puede responder a esta demanda? ¿Es esta inversión suficiente para este crecimiento proyectado? ¿Hay oportunidad para que un producto se exporte?). Es importante destacar que si bien los aspectos financieros y económicos son fundamentales, un plan de internacionalización no debe limitarse sólo a planillas de cálculo y números. La información cuantitativa debe estar sustentada en propuestas estratégicas, comerciales, de operaciones y de recursos humanos.
Asimismo, sin importar si el plan de internacionalización sea para exportar, poner una franquicia, una filial, entre otros motivos, el plan es el currículum vitae de la empresa, y en muchos casos es una exigencia de instituciones, gerentes e inversionistas para acceder a financiamiento. La aprobación de un plan de internacionalización no depende sólo de una buena idea sino también de que se pueda demostrar su factibilidad y presentarla en forma comercial.
El plan de internacionalización es también una herramienta de trabajo, ya que durante su preparación se evalúa la factibilidad de la idea, se buscan alternativas y se proponen cursos de acción; una vez concluido, orienta la puesta en marcha.
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