Cuando una empresa internacionaliza, es una fuente de ingreso para el país donde se establece, esto a partir de los puestos de trabajo directo e indirecto que genera la actividad que realiza, además, por los ingresos públicos que se obtienen a partir del pago de distintos tributos. En consecuencia, cada vez son más los países que compiten para posicionarse como una plataforma de inversión, y así, captar el máximo de inversión extranjera. Si un país quiere ser objeto de inversión debe contar con las siguientes características:

Estabilidad económica y política. Países con sistemas políticos de alto riesgo o dictatoriales no son preferidos por los grandes cambios que pueden surgir en distintas materias en un corto plazo de tiempo.

Infraestructuras de primer nivel. Un país debe contar con aquellas infraestructuras a nivel de comunicaciones y desarrollo e innovación para que una empresa pueda desarrollar al máximo todo su potencial.


Marco impositivo bajo. Las empresas querrán estar en aquellos países donde deban afrontar unos costos impositivos menores. Ahora bien, aquí entran en conflicto con distintos aspectos: primero, con la necesidad de la Administración de recolectar impuestos para poder prestar aquellos servicios públicos necesarios a la población. Si el impuesto es exageradamente bajo, entonces la suma final, aunque haya muchas compañías establecidas, también. A continuación, con el malestar que puede causar el hecho que determinadas empresas gocen de beneficios a nivel fiscal respecto a la población o autónomos y pequeñas y medianas empresas. Finalmente, encontramos la existencia de paraísos fiscales o países con tributaciones muy bajas que revientan la competencia a partir del establecimiento de impuestos sobre sociedades muy bajos.

Baja burocracia. A más trámites para abrir una empresa, menos se establecerán. Es lógico: para fomentar la actividad empresarial, en un contexto tan cambiante como el actual, la oportunidad puede desaparecer enseguida y los emprendedores quieren gastar el menos tiempo (y también dinero) posible en trámites que no les reportan ningún valor añadido para el negocio.

Capital humano especializado. Es imprescindible que haya una población con la formación suficiente para desempeñar las tareas requeridas por las empresas que se quieren establecer en el país.

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