Actualmente, para exportar ya no alcanza con tener un buen producto o precio, sino que se debe fabricar lo que el mercado pide y consume.

A nivel local, las empresas para tener éxito hacen frente a elementos incontrolables de su entorno, como la competencia, cambios de gobierno, el comportamiento de los consumidores y otras variables que afectan su rentabilidad.
Cuando una empresa decide exportar, encuentra que los mercados del exterior difieren de los locales, dado que debe tratar con fuerzas de diferentes entornos (nacional e internacional), las que influyen en la vida y desarrollo de la empresa. Estos elementos lo podemos agrupar en tres grupos:
Elementos controlables son fuerzas internas que la dirección empresaria puede controlar para adaptar la organización a las fuerzas no controlables (capital, materias primas, producción, ventas, etc.)
Elementos incontrolables nacionales son las fuerzas externas sobre las que la alta dirección de la empresa carece de control directo, aunque pueda influir en ellas (fuerzas competitivas, económicas, legales, políticas tecnológicas, etc.).
El ambiente externo con sus propios elementos incontrolables extranjeros tales como las fuerzas económicas, competitivas, estructuras de distribución, geografía, fuerzas culturales, políticas y legales.
Dentro de las fuerzas no controlables, la cultura es uno de los elementos más desafiantes del mercado internacional. Ya que, el comportamiento del consumidor es reflejo de su cultura. La cultura está formada por una seria de elementos dinámicos, idioma, religión, valores y actitudes, modales y costumbres, estética, tecnología, educación e instituciones sociales. Para enfrentarlo, el empresario requiere un conocimiento, tanto objetivo como interpretativo de la cultura.
Por ello, la decisión de exportar no es solamente orientar las actividades hacia el exterior, sino que implica una planificación apoyada en herramientas de análisis estratégico, especialmente referido a la relación empresa - mercado. La estrategia debe permitir a la empresa mantener o aumentar sus ventajas competitivas en un entorno cambiante.
Además de ser una fuente adicional de generación de ingresos, la exportación permite distribuir los riesgos en diferentes mercados, ganancias de eficiencia por especialización, acceso a mejores bienes de capital e insumos, mejoras en las aptitudes gerenciales y técnicas, mayor capacidad de adaptación en los procesos, aparición de nuevos productos o mejora de los ya existentes, etc.
Si estás interesado en iniciarte en la exportación o ampliar tus actividades en nuevos mercados, puedes contactarme a través del siguiente formulario online conmigo. También puedes comunicarte escribiéndome a martinmondragon@outlook.com con asunto asesoria de exportación.
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