África es una oportunidad y no un riesgo, si se va con las condiciones de información suficientes.

África es una oportunidad y no un riesgo, si se va con las condiciones de información suficientes. Si bien es cierto se ha de tener muy presente la inestabilidad y la corrupción políticas, que generan una economía y una política soterradas, así como las condiciones de la deuda y el estado de las infraestructuras, inexistentes en sectores prioritarios. Frente a todo esto, hay aspectos pujantes muy a tener en cuenta: muchos países africanos están experimentando un crecimiento económico (mayor al 5% en la última década) y demográfico, así como un aumento de la clase media altamente beneficiosos para el mercado. Y no hay que olvidar el potencial económico de las tierras cultivables que posee el continente, además de las muy importantes materias.
África es la próxima gran frontera para para las empresas. Por ello, es necesario que las empresas comprendan el paradigma africano, si quieren tener éxito en este continente. La clave consiste en hallar y conocer las diferentes redes de influencia y decisión, cuya naturaleza difiere, además, en cada país, en cada mercado, en cada sector… No dominarlas, no preocuparse por los socios locales imprescindibles y sus antecedentes, afinidades y enemigos, puede resultar, si no catastrófico, muy costoso y arriesgado.
De este modo, es primordial atender a las fuentes y criterios que permitirán a las empresas interesadas conocer el mercado-sector en el que se quieren instalar, para poder asegurar así la continuidad del negocio. Entre las fuentes, no se debe ignorar a los distintos actores de la información: las oficinas comerciales, la prensa local y las consultorías especializadas, deben tenerse muy presentes para un buen estudio de las características del país. Asimismo, la identificación de las redes de influencia es fundamental dado el funcionamiento de la política y economía africanas: la clave del éxito pasa por la identificación de aquellos que controlan las economías locales. Y, en este campo, no se puede discriminar las distintas formas de autoridad, que van desde las instituciones clave, sector por sector, hasta el liderazgo tradicional y religioso, pasando por la pertenencia a las familias de poder o a la élite económica y militar. Conocer esto se convierte en una cuestión imprescindible para consolidar las oportunidades económicas y comerciales de las empresas.
El presente artículo se publicó originalmente en la revista Diario del Exportador Nº 008.
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