
Imagínate que además de exportar bienes, puedes exportar servicios, eso significaría que si de joven sabias leer las manos, hoy podrías ofrecer dicho servicio a un extranjero, y claro aprovecharías para contarle que tendría mucha suerte de venir al Perú a gozar de nuestra gastronomía.
Veamos algunos ejemplos de exportación de servicios
- Una ciudadana americana desea tener un bebé, por lo tanto, va a un centro de fertilidad peruano, se realiza la intervención y regresa a su país.
- Un estudio de arquitectura peruano recibe un pedido para desarrollar un diseño para un museo en Colombia, lo realiza y lo envía vía internet.
- Estamos entrando en la ola de la programación (LABORATORIA) y te piden que desarrolles una APP (aplicativo móvil) para vender entradas de cine en Chile.
- Un profesor de inglés, sube su contenido y se vuelve el siguiente Open English, servicio de educación a distancia.
- Una franquicia peruana desea internacionalizarse a Portugal, puede manualizar sus operaciones y vender el kit franquiciable. (POPEYES, 2016)
- Un estudio de abogados desea tener presencia en los países de la Alianza del Pacífico, comienza a aperturar sucursales y/o oficinas de representación en Chile, México y Colombia.
- Un ingeniero de carreteras peruano dependiente de una empresa de ingeniería de consultoría le piden que vaya a realizar una supervisión a Bolivia.
- Un expositor peruano es invitado a dar una charla en TED, va, da su charla y regresa.
Todo esto es posible y más….
¿Dónde está el problema?
De acuerdo a la legislación nacional el IGV no afecta a las exportaciones, quiere decir que podrías exportar un servicio liberado de dicho tributo, en el antiguo apéndice V (EL PERUANO, 2017), tu servicio tenía que estar listado y aun estando listado no se solicitaba dicha liberación por miedo a la SUNAT.
Si SUNAT deja de recaudar IGV, el Estado debe recordar su rol en la promoción de un empresariado más competitivo, recordemos que las exportaciones pagan Renta.
No es nueva la promoción en la promulgación de una nueva ley, mucho menos en temas de exportación de servicios, se ha dado ya en épocas anteriores, donde se promulga la ley, pero no sale su reglamento, esperemos que esta vez sea diferente, este trabajo queda en la cancha de MINCETUR.
Todo suena bonito, pero esta vez PROMPERU y las organizaciones de apoyo deben preocuparse para que las empresas obtengan certificaciones, de lo contrario no serán competitivos, los ISOs ayudan, pero no son suficientes.
Finalmente, tengamos cuidado, existen acuerdos de libre comercio, pero no existen muchos acuerdos de doble imposición, es decir, tendríamos que pagar Renta en dos países distintos.
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