Tanto las personas naturales cuanto las personas jurídicas pueden exportar. Sin embargo, esto no significa que la exportación es factible para todas las empresas. La exportación constituye una actividad a mediano plazo que requiere ciertas capacidades por parte de la empresa y el gerente/coordinador o equipo de exportación.

Las capacidades para la exportación

La aptitud organizativa para la exportación de una empresa depende de cuatro capacidades fundamentales:

1. Capacidad productiva. Está relacionada con la capacidad instalada de la empresa para atender los volúmenes de demanda del mercado objetivo, así como de asegurarse de que el producto cumple con los estándares y requisitos del mercado objetivo.

2. Capacidad de personal y de gestión. Es el factor ideal de operaciones para la exportación. Permite contar con objetivos claros, conocer las fortalezas, las debilidades y la posición competitiva en el mercado mundial. Ello implica, también, que cuente con el personal adecuado y capacitado para gestionar y operar la empresa y así cumplir los ya mencionados objetivos.

3. Capacidad comercial. La empresa debe elaborar su plan de comercialización para amoldarse al mercado de destino. En cuanto a esto, debe conocer los aspectos generales de la comercialización, como el precio, el mercado objetivo, la promoción y el producto, aplicados a la mercancía que se va a exportar. Ello también incluye la capacidad de manejar técnicas de negociación aplicadas en el comercio internacional.

4. Capacidad económico y financiera. Es la capacidad de la empresa para asumir económicamente las operaciones de exportación. Se inicia con la producción de la mercancía y termina con el cobro efectivo. La capacidad financiera propiamente dicha se refiere a las posibilidades de la empresa de conseguir financiamiento interno o externo para las operaciones de exportación.

Habilidades clave para un gerente o coordinador de exportación

Podemos mencionar algunas habilidades, actitudes y características que debe reunir un exportador exitoso:
  • Estudiar los mercados internacionales y las reglas de comercio internacional.
  • Elaborar un Plan de Exportación.
  • Agregar siempre valor a sus productos y tratar de mejorar los estándares de exigencia requeridos.
  • No confiarse en la calidad de su producto. Asegurarse de que los medios de distribución física internacional sean los adecuados para que lo que vende llegue donde desea y cuando se requiera.
  • Respetar siempre las leyes y normas del país donde venderá su mercadería. Repudiar la corrupción.
  • Procurar entender las diferencias culturales de cada país y respetar las costumbres y la cultura ajenas.
  • Apoyar sus ventas al exterior en profesionales de confianza y tener siempre como respaldo a entidades financieras competentes. No concentrar en sí mismo todas las actividades de la empresa.
  • Cumplir con todas las obligaciones que asume con sus clientes.
  • No pensar que los mercados internacionales son limitados para sus productos. No conformarse con llegar a un solo país.
  • Identificar sus debilidades para hacer funcionar el negocio exitosamente y prepararse para revertir tal situación.
En conclusión, se debe exportar cuando se tenga capacidad competitiva internacional, no importa cuál sea el tamaño de su empresa. Debe asegurarse de contar con las capacidades necesarias: productiva, personal y de gestión, comercial, económico y financiera.

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