Cada 26 de abril se conmemora a nivel mundial el día de la propiedad intelectual e industrial. Los diversos tipos de activos intangibles (patente, marca o secreto comercial entre otros) actualmente se están posicionando cada vez en mayor medida como el principal valor económico que tiene una empresa.

Con frecuencia en el ámbito del comercio internacional no se presta la suficiente atención a estos activos, un grave error que puede desembocar posteriormente en numerosos problemas, ya que no debemos olvidar como la propiedad intelectual es considerada una de las más relevantes barreras no arancelarias existentes. El carácter territorial de los derechos de propiedad intelectual supone un importante obstáculo para la comercialización de nuestros productos en múltiples países.

Una buena forma de proteger los activos intangibles en el proceso de internacionalización de tu empresa se puede conseguir mediante la contratación de un seguro de propiedad intelectual. Este clase de seguro es un instrumento financiero que ofrece una garantía frente a diversos siniestros, los mismos variarán según la cobertura establecida en cada póliza, siendo la modalidad más extendida la que ejerce una defensa de las patentes en mercados extranjeros (aunque también cabría proteger la marca o la propiedad intelectual).

Una adecuada utilización de este seguro constituiría una excelente herramienta de prevención de múltiples riesgos al permitir salvaguardar tus innovaciones e inversiones en I+D ante un potencial entorno hostil foráneo donde podrías ser acusado de la violación o infracción de los derechos de otro sujeto que es un titular de un producto similar al tuyo, debiendo abordarse en el clausulado de este seguro aspectos como las indemnizaciones por incumplimiento o el lucro cesante ocasionado por la retirada del producto de determinados países.


La existencia de este tipo de pólizas, por lo general voluntaria si bien existe la posibilidad de que la normativa interna de un país establezca su obligatoriedad, tiene cada vez mayor importancia debido a que empieza a ser considerada una condición indispensable por parte de los distribuidores en el mercado de destino, que ven en la misma una manera de otorgar seguridad a ambas partes ante posibles reclamaciones de competidores. 

El fenómeno de la globalización ha desembocado en una mayor interacción económica entre todos los países del mundo, sirviendo como ejemplo el hecho de que solo entre la Unión Europea y América Latina los intercambios comerciales casi se duplicaron durante la última década. Ante este nuevo escenario este seguro de propiedad intelectual debe convertirse en uno de los pilares imprescindibles que integren cualquier estrategia de internacionalización, siendo aconsejable especialmente para aquellas pequeñas y medianas empresas que inicien su andadura en la exportación, debiendo las mismas proceder a estudiar la viabilidad de contar con tal clase de protección.

Si bien el posible elevado importe de la prima a abonar por obtener este seguro pueda suponer un freno a su contratación, dicho importe se incrementa de manera proporcional al riesgo existente y a la cobertura escogida, sin ninguna duda este importe debe ser considerado como una inversión al verse compensado por otorgar una ventaja competitiva. Gracias a él se otorgará una buena defensa frente a aquellas empresas que posean ingentes recursos o detenten una posición privilegiada en el mercado, y busquen impedir la comercialización de nuestro producto que acaba de entrar en ese mercado, permitiendo en última instancia evitar largos y costosos litigios en una jurisdicción desconocida para nosotros.

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