La decisión de exportar exige una reflexión con el propósito de reducir al máximo los riesgos inherentes al proceso

Es un hecho que toda empresa, tarde o temprano, tendrá que hacer frente a la opción de exportar. No obstante, esta decisión debe ser drástica, es decir pasar de no exportar a exportar de la noche a la mañana. La decisión exige una reflexión con el propósito de reducir al máximo los riesgos inherentes al proceso. Entonces ¿cómo sé si debo exportar?
El primer paso, y lo más conveniente será iniciar con un autodiagnóstico de nuestro potencial exportador. El potencial de exportación es la capacidad real de exportación. Son las condiciones con las que cuenta la empresa para afrontar el proceso de exportación y el acceso a nuevos mercados exteriores. Es a partir de esta evaluación la empresa podría plantearse podrá decidir correctamente ¿tomamos realmente la decisión de exportar?
Para identificar si la empresa está en capacidad de exportar o no, se debe responder a las siguientes tres preguntas básicas:
1. ¿Por qué y quién quiere exportar en la empresa?
Es necesario identificar la razón de la exportación y saber si sólo es deseo suyo o el del resto de los miembros de la empresa.
2. ¿Cuánto sabe de exportación?
Es necesario evaluar el conocimiento que tenga la empresa acerca de la operatividad de las exportaciones, de las fuentes de información y asistencia en exportaciones que se pueda requerir.
3. ¿Cuál es su capacidad exportable?
Es necesario medir la capacidad de la empresa en cuanto a su sistema de producción o acopio, de gestión, estructura, niveles de precios, soporte financiero y cultura exportadora.
Este conjunto de preguntas nos ayudarán a comprender
- El grado de dificultad que la empresa debe superar para conseguir exportar.
- La identificación de los factores de mejora y de riesgo que llevará implícito su proceso de exportación.
4. ¿Tiene un hoja de ruta?
La exportación como todo negocio tiene curvas, baches, huecos, y algún que otro puente que debe ser cruzado. Merece la pena llevar un buen mapa, aprender a leerlo y en la medida de lo posible, disponer de un guía de apoyo para recorrerlo. Resulta de suma importancia realizar un plan de exportación para saber si se está listo para exportar; de igual manera, es recomendable que la empresa haga un inventario de los programas de apoyo a la exportación que ofrecen las instituciones públicas, asociaciones y cámaras de comercio.
No es, por tanto, suficiente con decir sí “voy a exportar”, sino que será preciso alinear, y estructurar la organización, el personal, y los sistemas de gestión para conseguir resultados, que duren en el tiempo y que de hecho cambiarán profundamente la forma de ser de la empresa.
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