El comercio internacional son aquellas relaciones comerciales establecidas entre dos o más países en donde intercambian bienes, servicios o capital financiero. La exportación y la importación son los las actividades más básicas del comercio internacional. Por lo tanto, en el presente artículo detallamos una lista de los beneficios de la importación y exportación para las empresas.

Entre los beneficios que la importación genera para las empresas, cabe destacar:

Ampliar la base de proveedor. La ampliación de la base de proveedores a extranjeros permite optimizar los costos en los insumos y aumentar la capacidad competitiva en el mercado doméstico, disminuyendo la dependencia de los suministradores locales.

Maximizar la capacidad de distribución. Al incorporar capacidad productiva externa en la estructura de distribución de la empresa se consigue un aumento de la rentabilidad de la distribución, eliminando la capacidad distributiva ociosa o infrautilizada.

Mejorar la capacidad competitiva general. La experiencia adquirida en un entorno global facilita el desarrollo y la adaptación de productos y estrategias, que pueden acabar incrementando la capacidad de venta interior.

En el caso de la exportación cabe destacar los siguientes beneficios para las empresas:

Permite ampliar la facturación de la empresa. El acceso a nuevos mercados acompañado de una estrategia exportadora adecuada permite aumentar la cifra total de ventas.

Menor dependencia de los ciclos económicos de los mercados. Los mercados en términos económicos no se comportan de forma similar, así los períodos de bajo crecimiento o negativo crecimiento pueden compensarse con la mayor actividad en otros mercados.

Acceso a mayores economías de escala. El aumento en las ventas permite eliminar la capacidad productiva ociosa o infrautilizada, disminuir el costo unitario y ganar en eficiencia productiva, logrando economías de escala, la cual es una forma de multiplicar su rentabilidad.

Consigue alargar la vida útil del producto. Con frecuencia, una vez que el producto queda saturado en el mercado, o bien obsoleto por estar siendo sustituido por una nueva solución tecnológica o de producto, puede que ésta no sea su situación en otro mercado de destino. El acceso a mercados menos sofisticados o menos maduros permite alargar el ciclo de vida de un producto y, en consecuencia, su rentabilidad.

Acceso a un perfil más amplio de clientes. El acceso a nuevos mercados y a nuevos clientes permite ajustar más y mejor el segmento objetivo de clientes al que se dirige un producto determinado, o, por el contrario, ampliarlo.


Permite a la empresa crear una mejor imagen y prestigio. Su presencia en el exterior y la proyección internacional es un valor en sí mismo para la imagen y prestigio de la empresa, tanto a nivel nacional como internacional

Diversificación de riesgos. La diversificación en la actividad, en los mercados y en los clientes evita una concentración excesiva de riesgos y, en consecuencia, se experimenta una reducción global en los riesgos derivados de la actividad comercial de la empresa.

Mayor competitividad en el mercado interior. La experiencia adquirida en un entorno de competencia global facilita el desarrollo y la adaptación de productos y estrategias, que pueden acabar incrementando la capacidad de venta en el mercado nacional.

Acceso a subvenciones y a ventajas fiscales. Con frecuencia la exportación está incentivada fiscalmente y da acceso a líneas especiales de las Administraciones Públicas dirigidas a incentivar la internacionalización de la empresa.

Permite no quedarse atrás. En un mundo, donde la globalización hace que los mercados internacionales se acerquen cada vez más, el no exportar significa quedarse atrás en relación con otras empresas competidoras que pueden haberse iniciado ya en los mercados exteriores.

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