Para el empresario español las relaciones personales son muy importantes y constituyen una pieza fundamental a la hora de establecer relaciones comerciales o de negocios. Antes de iniciar una relación comercial o de trabajo, el empresario español prefiere conocer a la persona y saber con quién está tratando. Por tanto, una vez que se logra el primer contacto, se recomienda al exportador peruano dedicar tiempo a desarrollar una relación personal con su contraparte española.

De igual forma, el empresario español prefiere las reuniones presenciales más que cualquier otro vínculo de contacto. Si la comunicación se mantiene por algún otro canal o vía (fax, correo electrónico, skype, entre otros), se debe procurar hacerle seguimiento con reuniones personales cada cierto tiempo. Excesiva comunicación por escrito puede generar desconfianza en el empresario. Asimismo, si surge algún problema, el empresario se siente más cómodo discutiéndolo y resolviéndolo abiertamente, de manera personal. Más aún, recurrentemente puede tomar decisiones finales durante el transcurso de una comida, por ejemplo.


La jerarquía también es importante para el empresario español. Por lo tanto, si bien se trabaja en equipo, las decisiones finales las toma el jefe o persona de mayor rango en el equipo. De igual manera, esperan trabajar con personas del mismo rango a la hora de la toma de decisiones. Hay que tener en cuenta que el empresario español se toma su tiempo para sus decisiones, ya que le resulta interesante consultar y analizar todos los aspectos al detalle. Por ello, el exportador peruano debe tener paciencia y esperar su respuesta.

Cabe mencionar que en España se aprecia la puntualidad, al igual que en otros países de Europa. El empresario español no solo suele llegar con tiempo a las reuniones de trabajo, sino que también se prepara adecuadamente para ellas. Por eso, se sugiere tener a la mano toda la información posible sobre la empresa y el producto al cuál se representa y de ser posible, contar con las muestras. Otro aspecto a tener en cuenta es que el empresario español valora mucho que su contraparte comercial cumpla con lo establecido y que envíe respuestas a tiempo, así no sean positivas.

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