Lo que suceda en el campo, las plantas procesadoras de alimentos, los supermercados y otras instalaciones de América Latina y el Caribe (ALC...
Lo que suceda en el campo, las plantas procesadoras de alimentos, los supermercados y otras instalaciones de América Latina y el Caribe (ALC) tiene importantes implicaciones tanto a nivel local como mundial. Los sistemas agroalimentarios de la región contribuyen de un modo vital a un conjunto variado de objetivos de desarrollo, entre los que se incluyen el crecimiento y la promoción del comercio, la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria y nutricional, así como la capacidad de adaptación climática. Además, dado que ALC es la mayor región exportadora neta de productos alimenticios del mundo, sus sistemas agroalimentarios pueden ayudar a reducir y estabilizar los precios internacionales de los alimentos, ofreciendo beneficios a los consumidores de todo el mundo. Es por ello, que la región Latinoamericana es considerada la Huerta que Alimenta al Mundo. Asegura Carlos Felipe Jaramillo - Vicepresidente, región de América Latina y el Caribe.
Sin duda, la pandemia derivada de la propagación del virus Covid-19, ha tenido un impacto negativo e importante en la seguridad alimentaria, principalmente en los países y regiones en desarrollo como es el caso de América Latina y el Caribe.
La disminución en la capacidad de cultivar, producir y distribuir alimentos a consecuencia del paro económico y la reducción evidente del poder adquisitivo de la población, está afectando más intensamente a los sectores más pobres y más vulnerables de la región, tal como lo predijo en su momento la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Por otro lado, la actual pandemia no solo ha causado graves estragos en al ámbito económico y sanitario, sino también en el acceso a los alimentos. Con numerosos países cerrando sus fronteras, las cadenas de suministro y el transporte marítimo se han visto interrumpidos, lo que ha provocado un aumento generalizado de los precios.
En algunas islas como Aruba y Curacao por ejemplo, los precios de los alimentos se incrementaron hasta en un 75% durante las primeras semanas de la pandemia.
Según Miguel Barreto- Coordinador del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, el alcance del impacto de la pandemia en la seguridad alimentaria de Latinoamérica y el caribe es dramático y crítico. En los últimos meses, el número de personas con problemas severos de seguridad alimentaria se ha incrementado en casi un 17%. Esto sólo considerando al grupo de personas que no tiene acceso a alimentos día a día. Si a este grupo le sumamos el segmento de personas que pueden acceder a alimentos de manera periódica, pero no permanente. Esta cifra se eleva hasta 80 o 90 millones de personas.
La falta de acceso al trabajo ha generado un problema de acceso a los alimentos, no solo al nivel de la distribución, sino en el ingreso y poder adquisitivo de la población. Lo cual complica la capacidad para comprar alimentos en la región.
Finalmente, la otra cara de la crisis de seguridad alimentaria de la región es la obesidad. Un problema derivado de varios factores económicos y culturales, pero principalmente ligado al poder adquisitivo y a la educación de la población. Una población que está obligada a consumir productos de alto contenido calórico, debido a su bajo costo.
Por cada 10 personas con hambre o desnutrición en América Latina, 6 tienen problemas de sobrepeso u obesidad. Es un problema totalmente relacionado con la pobreza, asegura Susana Raffalli - Especialista en Seguridad Alimentaria.
América Latina posee los índices de obesidad más altos del mundo en población adulta y más de la mitad de las personas obesas en la región, son pobres.
Es por ello que los expertos aseguran que Latinoamérica no está viviendo una pandemia, sino una sindemia. Es decir, una combinación de dos grandes enemigos letales que se alimentan entre sí. La Covid-19 y la obesidad.
La obesidad es la punta del iceberg de un problema de un proceso de desigualdad y pobreza en la región. Es por ello, que la cooperación internacional para tratar de resolver este desafío, en esta ocasión no solo será necesaria, sino obligada.
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