Transparencia total en la etiqueta: el 83% ya la exige

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En el competitivo ecosistema alimentario de los Estados Unidos en 2025, el empaque ha dejado de ser un simple contenedor protector para convertirse en la herramienta de comunicación más crítica de una marca. Para el exportador latinoamericano, acostumbrado a competir por precio o volumen, este cambio de paradigma representa un desafío monumental: la batalla ya no se gana en el anaquel, sino en la etiqueta trasera.

La era de la "confianza ciega" en las grandes marcas ha terminado. Hoy, nos enfrentamos a un consumidor informado, escéptico y, sobre todo, analítico. Entender la profundidad de esta exigencia de transparencia no es opcional; es el peaje de entrada al mercado de mayor valor del mundo.

La estadística que define el mercado: El 83%

Si hay un número que todo director de marketing y desarrollo de producto debe tatuarse, es este: el 83% de los consumidores estadounidenses revisa consistentemente las etiquetas de los alimentos antes de realizar una compra. No se trata de una revisión superficial; tres cuartas partes de estos compradores examinan meticulosamente tanto la lista de ingredientes como los perfiles nutricionales.

Esto significa que 8 de cada 10 personas que toman su producto en la mano lo están juzgando activamente antes de ponerlo en el carrito. Buscan validación. Buscan confirmar que lo que promete el frente del empaque ("Natural", "Saludable", "Energético") se sostiene con la realidad de la parte trasera.

La brecha de la información: Donde nace la desconfianza

A pesar de esta vigilancia activa, existe una desconexión alarmante en el mercado actual. Aunque los consumidores buscan información, no la encuentran. Un considerable 57% de los compradores encuentra difícil acceder a información fiable sobre el origen de los ingredientes y la procedencia del producto.

Esta "brecha de información" es el caldo de cultivo para el escepticismo. Cuando un consumidor ve un snack etiquetado como "Premium" o "Saludable" pero no puede verificar de dónde viene esa "salud", asume lo peor. Esta desconfianza es especialmente aguda en los productos de precio premium. Si usted está exportando un producto de valor agregado —digamos, chips de vegetales andinos o barras de proteína de grillo— y no comunica claramente el origen y beneficio de sus ingredientes, está invitando al consumidor a dudar de su precio.

La paradoja del precio y el valor

Aquí radica la oportunidad de oro para las PYMEs exportadoras. Las encuestas revelan que casi el 60% de los consumidores están dispuestos a pagar más por alimentos elaborados con ingredientes integrales o menos procesados. El dinero está sobre la mesa. El consumidor quiere invertir en su salud.

Sin embargo, hay una condición no negociable: exigen una justificación clara para el costo añadido. Buscan garantías de que su compra ofrece beneficios tangibles, ya sea para su salud personal o para la sostenibilidad del planeta.

El conflicto surge cuando el deseo de opciones de mayor calidad choca con la sensibilidad al precio y las presiones económicas. Si el consumidor no percibe la transparencia —si no entiende por qué su producto cuesta un dólar más que la competencia— elegirá la opción más barata. La transparencia es, por tanto, la herramienta definitiva para justificar el margen de ganancia.

El reto para el fabricante: Comunicar el valor inherente

Para los fabricantes pequeños y medianos, el desafío crítico es comunicar eficazmente el valor inherente de sus snacks saludables. No basta con tener la mejor quinua o el cacao más puro; hay que construir confianza a través de información transparente y verificable.

Esto implica una estrategia de marketing que vaya más allá del slogan. Implica:
  • Etiquetado limpio (Clean label): Listas de ingredientes cortas, comprensibles y pronunciables.
  • Trazabilidad: Explicar el origen de los ingredientes funcionales. ¿De dónde viene esa fibra añadida? ¿Cómo se obtuvo esa proteína antioxidante?.
  • Sinceridad nutricional: No ocultar el contenido de azúcar o sodio bajo nombres técnicos.

La transparencia como ventaja competitiva

En 2025, la transparencia no es un acto de altruismo corporativo; es una estrategia de supervivencia y crecimiento. Para el exportador, llenar ese vacío de información que frustra al 57% de los consumidores es la forma más rápida de ganar cuota de mercado.

Al vincular mejoras nutricionales demostrables con estrategias de marketing claras y responsables, las marcas pueden superar el escepticismo. La ecuación es simple: a mayor transparencia, mayor confianza; y en el mercado de alimentos saludables de EE. UU., la confianza es la moneda más valiosa.

Escrito por Marcos de Freitas
Consultor en Desarrollo de Negocios | Estrategia GTM para Alimentos Saludables

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no del Diario del Exportador.
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