La severa crisis económica en el país ha deteriorado el valor de su moneda; quiebra y reducción de los ingresos de las empresas, y la posibilidad de un impago hacia los acreedores muestra el estado de la economía. Venezuela podría ser el país con la mayor contracción económica en el mundo.

Venezuela cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo (298,35 millones de barriles en 2015), y simultáneamente, la situación económica depende excesivamente de las fluctuaciones en los precios del petróleo. Y en este punto, no hay buenas noticias. Venezuela está llegando a la bancarrota debido a los bajos precios del petróleo. Un barril de petróleo actualmente cuesta cerca de 51 dólares en el mercado mundial, lo que significa que ha perdido casi de la mitad de su valor desde hace tan solo seis meses.
Si a esto agregamos, la devaluación monetaria. La mayoría de venezolanos actualmente cambia su dinero en el mercado negro. Hace un año, un dólar estadounidense equivalía a unos 88 bolívares. Hoy, un dólar equivale alrededor de 190 bolívares. Por otra parte, el simple proceso de cambio de moneda es muy confuso. Venezuela tiene cuatro tipos de cambio: dos que el gobierno usa para pagar sus importaciones, el extraoficial (mercado negro) y uno nuevo que el Presidente del país ha introducido a inicios de año.
La crisis alimentaria que vive el país, hace que los ciudadanos venezolanos esperan durante horas en filas afuera de los supermercados para comprar leche, azúcar y harina. Hay escasez de alimentos en las tiendas de abarrotes por todo el país porque el gobierno no puede pagar la importación de alimentos.
Por otra parte, el gobierno venezolano retiró a finales de junio, por segunda vez en lo que va de año, parte de los ahorros que mantenía en el FMI para mejorar su liquidez.
Las reservas internacionales del país están en su menor nivel en 12 años por la caída de los precios del petróleo. Por otra parte, el gobierno también debe hacer frente a la conjunción de dos grandes crisis sectoriales: la falta de agua en el país y el déficit de producción en el sector eléctrico.
A inicios del mes de Agosto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decidió cerrar otro tramo de la frontera con Colombia, paralizando las actividades comerciales que afectan el flujo de dinero entre ambos países. Lamentablemente esto va para peor, esta medida no resolverá el problema económico del país y lo único que hace el gobierno es agravar la situación.
De esta manera, Venezuela sigue experimentando una profunda recesión, y se proyecta una contracción del PIB del 7% y una tasa de inflación superior al 100% en 2015. Por el momento, no se han visto medidas por parte de las autoridades venezolanas para ajustar estos "importantes desequilibrios". Las perspectivas futuras del país gobernado por Nicolás Maduro son "muy complejas". El modelo de crecimiento de Venezuela se basa en dos pilares: el consumo interno y elevado gasto público, orientada a la redistribución de los ingresos del petróleo a favor de los grupos de población más desfavorecidos. Pero los precios del petróleo están disminuyendo, mientras que la desorganización de la economía, la escasez y el descontento está creciendo. ¿Cómo responderá a todos estos hechos y factores el gobierno venezolano?
Extracto del artículo "¿Venezuela en caída?", publicado originalmente en la revista InMarket Nº 011.
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