En anteriores artículos hablamos sobre la internacionalización a través de la exportación y la apertura de una filial de ventas. En esta ocasión hablaremos sobre la internacionalización a través de la APERTURA DE UNA SUBSIDIARIA DE PRODUCCIÓN.

Una vez consolidada y desarrollada la empresa en el exterior, la empresa podría iniciar una etapa como empresa multinacional implantando subsidiarias de producción en los mercados donde anteriormente exportaba o contaba con filiales de venta. La Apertura de una Subsidiaria de Producción suele representar la etapa final en la carrera de internacionalizar la empresa. El interés de la empresa en invertir en instalaciones de producción suele darse por las siguientes condiciones:
  • La existencia de un gran mercado potencial que permita recuperar la inversión en un plazo acertado.
  • La existencia de barreras o restricciones comerciales o a la exportación – importación de los productos.
  • La presión del gobierno local a las empresas extranjeras para lograr su establecimiento o el ofrecimiento de incentivos para invertir en el país de destino, transferir tecnología, no utilizar divisas o importar productos terminados.
  • Cuando los costos logísticos (fletes) resultan una parte importante dentro del precio final del producto, generado por la distancia o por el bajo valor intrínseco del bien, no compensándose su exportación.
  • La existencia de recursos productivos (mano de obra, tecnología, entre otros) en abundancia y a bajo precio en el mercado de destino, con lo cual se pueden abaratar costos o incrementar la diferenciación, lo que le permitirá a la empresa penetrar mejor el mercado local e incluso exportar desde allí a otros mercados.


A través de la apertura de una subsidiaria de producción la empresa se integra verticalmente hacia atrás en su cadena de valor, incorporando nuevas actividades de embalaje o empaque, producción de algunos componentes o del total del producto, dependiendo de lo que necesite para competir en el mercado de destino y del grado de compromiso y riesgo que esté dispuesta a asumir. A ello se añaden las funciones de marketing, distribución y servicio técnico (post venta), con lo cual la filial duplica la cadena de valor de la casa matriz.

Cabe señalar que, la empresa competirá de igual a igual con los productores del mercado de destino, por lo que deberá tener un control casi total sobre las variables comerciales (producto, precio, promoción y distribución). En este sentido, la empresa utilizará incluso sus propias marcas y hasta podrá sugerir los precios al público. Por ende, la empresa deberá plantear una estrategia de promoción y distribución que le permita llegar lo más cerca posible del consumidor final y llevarlo hacia los puntos de exhibición y venta de sus productos.

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