El comercio exterior es siempre visto como una actividad lucrativa para sus actores directos y, por parte de los Estados, se visualiza como ...
El comercio exterior es siempre visto como una actividad lucrativa para sus actores directos y, por parte de los Estados, se visualiza como una fuente importante de desarrollo, especialmente las actividades de exportación, por la generación de monedas extranjeras y dinamización socioeconómica que suscita.
Para los países en vías de desarrollo, las actividades económicas vinculadas al extranjero resultan prácticamente inminentes, dentro de estas se destacan la atracción de inversiones extranjeras, las exportaciones y el turismo.
Las distintas agencias de las Naciones Unidas han abogado por décadas por la cooperación de los países más desarrollados hacia los menos desarrollados, en busca de generar un entorno global más balanceado y equitativo. Aunque es muy amplia la cooperación y sus mecanismos, este breve artículo se referirá de manera especial a la cooperación vinculada al comercio de exportación de los países.
Resulta frecuente, en muchos países de Latinoamérica, encontrar iniciativas de apoyo a las MiPymes exportadoras que reciben fondos directos o indirectos, en especie o metálico, producto de la cooperación extranjera, de entidades tales como las de los Estados Unidos: USAID y USDA; o las propias de la Unión Europea; e inclusive de otras como la Agencia de Cooperación del Japón (JICA). Una pregunta frecuente es “¿Por qué estos grandes países dedican recursos para que empresas de países en desarrollo accedan a sus mercados?” Compartimos algunas motivaciones posibles respuestas.
1. Acuerdos comerciales: Aunque los acuerdos comerciales son conocidos principalmente por el proceso de desgravación arancelaria y facilitación del comercio, en muchos casos, la cooperación se incorpora como una variable de la negociación con miras a compensar las desventajas o amenazas comerciales entre las partes y, buscar a través de esta cooperación, el desarrollo de la oferta exportable. Un ejemplo de esto son los Acuerdos de Asociación Económica de la Unión Europea (EPA) con diversos países alrededor del mundo. Los EPA’s, por sus siglas en inglés, contemplan cooperación en decenas de tópicos de interés para sus contrapartes.
2. Interés económico en la oferta exportable: Ocurre mayormente con bienes y servicios de consumo que son de alta (o estratégica) demanda por el país desarrollado, pero de baja producción local. En esos casos, la cooperación enfoca sus esfuerzos en fortalecer la oferta en el país aliado con miras a garantizar abastecimiento y acceso de este producto. Es importante resaltar que la cooperación bajo esta motivación suele estar dirigida a los aspectos técnicos de la producción y embarque de la oferta, incluyendo asistencias técnicas para el cumplimiento de estándares, tecnificación de procesos, capacitación, entre otros. Se pueden citar como ejemplos las labores realizadas por el Trade Facilitation Office (TFO) Canada o la Agencia de Cooperación del Japón (JICA), en su apoyo a la capacitación de mercados y asistencia técnica a las industrias de procesamiento de alimentos en Latinoamérica.
3. Asuntos geopolíticos: Aunque se trate de cooperación al desarrollo del comercio, impulsar el desarrollo de subsectores económicos deriva en el fortalecimiento socioeconómico de un socio comercial que eventualmente podría servir a los subterfugios geopolíticos como reemplazar un proveedor tradicional por una coyuntura especial o simplemente generar alianzas con países que han desarrollado industrias particulares.
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