Descubre cómo la menor distancia de poder impacta las relaciones comerciales en la internacionalización de empresas
La distancia de poder es un concepto clave en la gestión intercultural de empresas. Representa la aceptación que una sociedad tiene de la distribución desigual del poder en las instituciones y organizaciones. En países con una alta distancia de poder, como muchos países latinoamericanos, las jerarquías son más marcadas y la autoridad se respeta de manera más rígida. Por el contrario, en países con una baja distancia de poder, como Nueva Zelanda, se promueve una mayor igualdad y se fomenta la participación de todos los miembros de una organización.
Gigantex en Nueva Zelanda: Un Encuentro Cultural
Ingenieros Gigantex es una empresa consultora especialista en grandes proyectos de ingeniería civil. Pilar es la directora de desarrollo internacional. Su departamento es un departamento de nueva creación. Hasta ahora, todos los directivos de Gigantex eran hombres. Pilar es la primera mujer, tiene 42 años y es la directora más joven del equipo. A ella le ofrecieron un despacho en la cuarta planta que es donde están los demás directivos, pero Pilar prefiere trabajar cerca de su equipo.
Gigantex se presentó a varios concursos en varios países y el primer concurso que ganó fue un proyecto para KiwiDams una empresa de Nueva Zelanda que va a construir varias presas en la zona geográfica. Pilar cuenta que la primera reunión con KiwiDams fue muy interesante. Ella acudió en representación de Gigantex y fue acompañada de tres especialistas. La reunión de trabajo se llevó a cabo en una sala en donde había café, sándwiches y pastelitos. Todos los asistentes vestían de forma cómoda. No había sitios asignados, sino que cada uno se fue sentando según llegaba. De hecho, George, el director de proyectos ya estaba en la sala cuando llegó Pilar. George les dio la bienvenida a todos y dejó que Sara explicara el proyecto pues Sara era el nexo con el cliente final- el Ministerio de Desarrollo-. Cada uno se presentó a sí mismo en un orden que parecía aleatorio – no por rango o por relevancia en el proyecto-. Cuando llegó el turno de Pilar, Pilar se presentó como la directora de Desarrollo Internacional y presentó también a los miembros del equipo. De pronto, se dio cuenta de que quizás debía haber dejado que cada miembro de su equipo se hubiera presentado personalmente como lo hizo George.
Pilar observó que los miembros del equipo de George actuaban con total naturalidad. Hacían bromas, se levantaban a coger café y comían pastelitos mientras mantenían la reunión. George parecía no conocer todos los detalles del proyecto y algunos miembros del proyecto le ampliaban la información o le corregían si se equivocaba.
En un momento dado surgió una duda sobre cómo resolver un problema con el Ministerio. George propuso una solución e inmediatamente pidió que todos colaborasen con más ideas. Pilar se percató de que sus colaboradores estaban en silencio y la miraban esperando que ella fuera la que propusiera más ideas. Pilar ofreció un par de ideas y su equipo asintió y reforzó las ideas de Pilar.
En el equipo de George había un ingeniero bastante joven que se llamaba John - especialista en estructuras metálicas. John había estudiado la propuesta de Pilar y varias veces durante la reunión John quiso que Pilar le explicara las razones por las cuales ella había decidido utilizar x o y material en algunas estructuras. Pilar contestó a las preguntas, pero le sorprendió que un ingeniero junior cuestionara sus decisiones y que George se mostrara tan tranquilo.
Reflexión sobre el caso
Pilar, la directora de desarrollo internacional de Gigantex, se vio inmersa en un entorno laboral completamente diferente al que estaba acostumbrada. Mientras en España la jerarquía y el respeto a la autoridad suelen ser más pronunciados, en Nueva Zelanda la colaboración y la igualdad son valores altamente valorados.
En su primera reunión con el equipo de KiwiDams, una empresa neozelandesa, Pilar observó varias diferencias notables:
- Ambiente informal: La reunión se llevó a cabo en un espacio relajado, con café y snacks disponibles, y sin una asignación formal de asientos.
- Participación activa: Todos los miembros del equipo, sin importar su jerarquía, se sentían cómodos expresando sus opiniones y cuestionando las ideas presentadas.
- Colaboración: Los miembros del equipo trabajaban juntos para encontrar soluciones, incluso si esto implicaba corregir a sus superiores.
Estas diferencias culturales generaron una serie de desafíos para Pilar:
- Mantención de la autoridad: ¿Cómo podía mantener su posición de liderazgo sin parecer autoritaria en un entorno tan igualitario?
- Fomento de la colaboración: ¿Cómo podía incentivar a su equipo a colaborar y compartir ideas sin que se sintieran intimidados?
- Adaptación a diferentes estilos de comunicación: ¿Cómo podía comunicarse de manera efectiva con un equipo que tenía un estilo de comunicación más directo y menos formal?
Lecciones aprendidas
El caso de Gigantex destaca la importancia de la adaptabilidad cultural en la internacionalización de empresas. Para tener éxito en mercados extranjeros, las organizaciones deben:
- Investigar la cultura local: Comprender los valores, normas y expectativas de los empleados y clientes en el nuevo mercado.
- Adaptar los estilos de liderazgo: Ajustar el estilo de liderazgo a las necesidades y expectativas del equipo local.
- Fomentar la comunicación intercultural: Crear un ambiente de trabajo inclusivo donde se valore la diversidad cultural.
- Proporcionar capacitación intercultural: Ofrecer programas de capacitación a los empleados para ayudarlos a desarrollar las habilidades necesarias para trabajar en entornos multiculturales.
En conclusión, el caso de Gigantex en Nueva Zelanda pone de manifiesto cómo la menor distancia de poder en un país puede influir significativamente en las relaciones comerciales y la dinámica de los equipos internacionales. La capacidad de adaptarse a diferentes estilos de liderazgo, fomentar la comunicación abierta y valorar la diversidad son factores clave para el éxito en mercados con culturas más igualitarias.
Las empresas que buscan expandirse internacionalmente deben estar preparadas para navegar estas diferencias culturales y construir relaciones sólidas basadas en la confianza y el respeto mutuo. En última instancia, el éxito en la internacionalización depende de la habilidad para comprender y adaptarse a las particularidades de cada mercado.
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