la exención

El 30 de julio de 2025, la administración Trump sorprendió al mundo al anunciar que pondría fin a la exención arancelaria conocida como de minimis para todas las importaciones hacia Estados Unidos. Desde el 29 de agosto, cada paquete que ingrese al país (sin importar su valor) estará sujeto a revisión y al pago de aranceles.

Hasta ahora, este sistema permitía que los envíos de hasta 800 dólares entraran sin pagar impuestos. Esa puerta abierta facilitó el crecimiento de plataformas como Shein y Temu, que construyeron gran parte de su negocio sobre millones de pequeños paquetes enviados directamente desde fábricas y centros logísticos en Asia hacia clientes en Estados Unidos.

La medida cambia radicalmente el panorama del comercio internacional, no solo para los gigantes chinos, sino para exportadores de todo el mundo.

El fin de minimis y su impacto en el Comercio Internacional

¿Qué era la exención de minimis y por qué era tan importante?

Desde 2016, Estados Unidos había elevado el umbral de la exención a 800 USD, uno de los más altos del mundo. Esto significaba que un consumidor podía comprar productos en línea y recibirlos sin preocuparse por impuestos ni demoras en aduanas.

  • Ganadores: plataformas digitales y vendedores extranjeros que podían ofrecer precios bajos y tiempos de entrega razonables.
  • Perdedores: fabricantes locales, que se quejaban de competencia desleal, y autoridades aduaneras, que tenían menos control sobre los productos que entraban al país.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP) reportó que en 2023, más de seis de cada diez paquetes internacionales entraron al país bajo esta modalidad.

El impacto directo en Shein y Temu del fin de la exención arancelaria de minimis

El final de la exención golpea con fuerza a los dos principales beneficiarios del sistema: Shein y Temu.

1. Shein, que ya había intentado adaptarse alquilando enormes almacenes en Vietnam para diversificar su logística, verá cómo sus esfuerzos pierden valor. Cada envío hacia EE.UU., sin importar su origen, tendrá que pagar aranceles de entre 10% y 50%.

2. Temu, que había comenzado a consolidar pedidos en centros de distribución dentro de Estados Unidos, tampoco escapa al problema. Aunque logre reducir tiempos de entrega, los productos que importa seguirán enfrentando aranceles.

Ambas compañías, que mueven miles de millones de dólares en ventas anuales hacia el mercado estadounidense, deberán rediseñar su modelo. Sus precios, que eran la base de su éxito, ya no podrán ser tan bajos.

El efecto dominó en el comercio electrónico

La decisión no afecta solo a las grandes plataformas chinas. Tiene implicaciones mucho más amplias:

Consumidores estadounidenses

Ropa, accesorios y artículos de bajo costo ahora serán más caros. Entre tarifas e incrementos en el costo de envío, comprar en línea desde el extranjero será menos atractivo.

Pequeños vendedores internacionales

Emprendedores que usaban Etsy, eBay o Shopify para llegar a clientes en EE.UU. perderán competitividad. Su negocio se basaba en enviar paquetes pequeños a precios accesibles.

Cadenas logísticas

En agosto, más de 15 servicios postales nacionales (incluidos Alemania, España, Japón y Reino Unido) suspendieron temporalmente envíos hacia EE.UU. La alternativa serán los couriers privados como FedEx, UPS o DHL, con tarifas más elevadas.


¿Quién gana con la medida?

Aunque muchos pierden, hay actores que podrían salir beneficiados.
  • Amazon y Walmart ya tienen inventario dentro de Estados Unidos y cadenas de distribución consolidadas. Esto les permite competir mejor que plataformas como Shein o Temu, que dependían de envíos desde el extranjero.
  • Fabricantes locales ganan un respiro frente a la avalancha de productos baratos.
  • El gobierno estadounidense mejora su recaudación y refuerza el control de aduanas, reduciendo la entrada de productos falsificados o inseguros.

El trasfondo político y económico

La medida refleja un cambio de estrategia en la política comercial de Estados Unidos. Tras años de permitir importaciones baratas para los consumidores, ahora busca:
  1. Fortalecer la industria nacional.
  2. Aumentar la recaudación fiscal.
  3. Mejorar la seguridad del consumidor.

De acuerdo con la Consumer Federation of America, el sistema anterior facilitaba la entrada de productos falsificados o inseguros, desde cascos hasta juguetes electrónicos. Al exigir inspección y pago de aranceles, se espera reducir esos riesgos.

América Latina también siente el golpe

Aunque la discusión se centra en China, los exportadores latinoamericanos también salen afectados.
  • México: envíos de bajo valor perderán atractivo frente a la producción en EE.UU.
  • Perú y Colombia: pymes textiles y artesanales verán encarecido su acceso al mercado estadounidense.
  • Brasil y Chile: proveedores de tecnología y retail deberán invertir en inventarios en EE.UU. si quieren mantener competitividad.

La lección es clara: la internacionalización de empresas ya no podrá basarse en envíos pequeños y directos. Requerirá estrategias más complejas: centros de distribución en EE.UU., alianzas logísticas y productos con mayor valor agregado.

¿Qué viene ahora?

El fin de la exención de mínimos abre una nueva etapa en el comercio electrónico global. Algunas tendencias parecen inevitables:
  • Consolidación del mercado. Solo las empresas con capacidad de invertir en infraestructura en EE.UU. sobrevivirán.
  • Alza de precios al consumidor. Comprar en línea ya no será tan barato como antes.
  • Mayor control aduanero. Productos inseguros o falsificados tendrán menos espacio para entrar.

En este escenario, Shein y Temu seguirán presentes, pero tendrán que transformarse. Los exportadores, grandes y pequeños, deberán repensar su forma de llegar al consumidor estadounidense.

En otras palabras, sobrevivirán quienes logren adaptarse rápido.

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