El Índice Global de Innovación 2025 (GII 2025), publicado por la OMPI, confirma un escenario marcado por estabilidad en el liderazgo global, dinamismo en Asia y un avance moderado entre las economías de ingreso medio. Con datos que permiten analizar tendencias estructurales en ciencia, tecnología y desarrollo industrial, el informe se consolida como una referencia para gobiernos y empresas que buscan anticipar cambios en la competitividad internacional.
Los resultados de este año muestran la consolidación de Suiza, Suecia y Estados Unidos como referentes mundiales, mientras que Singapur mantiene su posición como el ecosistema más sólido de Asia. El estudio también revela un fortalecimiento de los países del Este asiático, una ligera recuperación en América Latina y señales mixtas en África y Oriente Medio. En conjunto, el GII 2025 ofrece una radiografía detallada del nuevo entorno de innovación global.
Ranking global de Innovación 2025
Europa mantiene el liderazgo, pero enfrenta mayor competencia
Europa sigue dominando el ranking con 16 economías entre las 25 primeras, manteniendo su posición como la región más avanzada en capacidades científicas, tecnológicas e institucionales. Suiza encabeza el índice por decimotercer año consecutivo, impulsada por su sistema de investigación, la calidad de sus instituciones y su capacidad para convertir conocimiento en resultados económicos.
Suecia y Dinamarca repiten posiciones entre los primeros puestos, gracias a su inversión sostenida en investigación, políticas industriales orientadas a la competitividad digital y un enfoque sólido en productividad. Alemania, aunque estable, enfrenta presiones derivadas de la transición energética y los desafíos industriales, lo que limita su ascenso.
La competencia creciente de Asia obliga a Europa a reforzar su estrategia digital e industrial. El informe destaca que, aunque el continente sigue liderando indicadores centrales, la brecha se reduce en sectores como inteligencia artificial, manufactura avanzada y patentes vinculadas a tecnologías verdes. La necesidad de acelerar reformas regulatorias y aumentar el ritmo de adopción tecnológica se convierte en un punto crítico para los próximos años.
Asia consolida su avance con Singapur, Corea del Sur y China como protagonistas
El dinamismo asiático es una de las tendencias más destacadas del GII 2025. Singapur se mantiene como líder regional, situándose nuevamente en el top 10 mundial. Su capacidad de atraer talento global, su infraestructura digital y su marco de innovación empresarial lo mantienen entre las economías más competitivas.
Corea del Sur se posiciona como uno de los ecosistemas tecnológicos más avanzados, impulsado por su inversión en I+D, la solidez de su industria electrónica y el desarrollo de tecnologías emergentes. Japón mantiene una presencia estable, aunque con desafíos relacionados con productividad y renovación industrial.
China, por su parte, continúa avanzando y es la única economía de ingreso medio que se ubica entre las 15 primeras del mundo. Su progresión está vinculada a su política industrial, el crecimiento de empresas tecnológicas de alcance global y su liderazgo en solicitudes de patentes. El informe destaca que China sigue siendo la economía emergente con mayor capacidad para cerrar brechas con países de alto ingreso.
El sudeste asiático también destaca por su dinamismo. Economías como Malasia, Tailandia y Vietnam continúan escalando posiciones gracias a su integración en cadenas globales de valor y políticas orientadas a fortalecer industrias tecnológicas. Esta región se perfila como un punto clave para la expansión de empresas internacionales que buscan ecosistemas mixtos de manufactura, tecnología y servicios.
América: señales contrastadas entre Norte y Sur
El continente americano muestra una dinámica desigual. Estados Unidos se mantiene entre los líderes globales, apoyado en su ecosistema digital, la concentración de empresas tecnológicas de escala mundial y su capacidad para atraer capital de riesgo. Canadá también conserva un desempeño sólido, aunque con retos relacionados con la productividad y la transferencia tecnológica.
En América Latina, los resultados reflejan una recuperación parcial después de años de retrocesos. Chile, Brasil y México son los países mejor posicionados. Brasil destaca especialmente por el crecimiento de su capacidad científica y su avance en tecnologías asociadas a energía, salud e industria agroalimentaria. México, aunque estable, muestra una mejora en indicadores vinculados a exportaciones de tecnología media y alta.
América Latina, sin embargo, mantiene brechas importantes en infraestructura digital, financiamiento y educación. El informe destaca que, si bien existen avances, aún no se logra un ecosistema suficientemente integrado para escalar posiciones de manera sostenida.
Oriente Medio y África: avances puntuales y desafíos estructurales
Oriente Medio muestra progresos interesados. Emiratos Árabes Unidos continúa mejorando su posición gracias a políticas orientadas a la diversificación económica y la adopción de tecnologías emergentes. Israel mantiene su liderazgo regional, apoyado en su potente industria tecnológica y su capacidad de generar innovación desde startups.
En África, los resultados reflejan avances puntuales. Mauricio, Sudáfrica y Kenia son los países con mejor desempeño. Kenia, en particular, destaca por su ecosistema digital y por su rol como centro tecnológico de África Oriental. A pesar de estas señales positivas, la región continúa enfrentando barreras estructurales como infraestructura limitada, escasa inversión en investigación y dificultades para atraer capital privado.
Economías emergentes: oportunidades en ascenso
Uno de los hallazgos más relevantes del Índice Global de Innovación 2025 es el surgimiento de un grupo de países de ingreso medio que han logrado mejoras sostenidas. China, Turquía e India encabezan este bloque.
India continúa siendo una de las economías más dinámicas, gracias a su fuerza en servicios digitales, su capacidad para desarrollar software a escala global y su inversión creciente en sectores como farmacia, biotecnología y tecnología espacial. Turquía, por su parte, avanza en indicadores vinculados a patentes, fabricación avanzada y exportaciones tecnológicas.
La evolución de estas economías indica que la innovación ya no es un fenómeno exclusivo del mundo desarrollado. El ascenso de estos países crea un mapa global más diverso, con múltiples centros de producción tecnológica y mayor competencia en mercados de alta complejidad.
Factores que explican los cambios del Índice Global de Innovación 2025
El informe identifica varios factores que influyen en el desempeño internacional:
- Inversión en I+D: Los países con mayor estabilidad presupuestaria en investigación tienden a obtener mejores resultados.
- Talento científico y digital: La capacidad para atraer y retener talento es determinante.
- Infraestructura tecnológica: Conectividad, plataformas digitales y capacidad de computación emergen como elementos críticos.
- Fortaleza empresarial: El dinamismo del sector privado y su adopción tecnológica influyen de manera directa en el ranking.
- Política industrial: Los países con estrategias claras en sectores emergentes (IA, energía verde, manufactura avanzada) mejoran su posición con mayor rapidez.
Estos factores combinados muestran que la innovación responde a una mezcla de políticas públicas, capacidades empresariales y estabilidad económica.
Mirando hacia 2026: un mapa global más competitivo
El Índice Global de Innovación 2025 revela un mundo donde la innovación se distribuye de forma más amplia, con un mayor número de países capaces de competir en tecnología, ciencia e industria. Europa mantiene el liderazgo, pero Asia acorta distancias. América Latina avanza, aunque lentamente. África y Oriente Medio muestran potencial, pero necesitan consolidar sus ecosistemas.
Para empresas, gobiernos y centros de investigación, estos resultados son señales claras de dónde se encuentran las oportunidades y qué regiones están configurando el futuro de la innovación mundial.
