Lourdes Ortecho economista, consultora y formadora en negocios globales
Derecha a Izquiera. Foto 1: Lourdes Ortecho. Lima, Perú. Foto 2: Nicola Minervini y Lourdes Ortecho. Milán Italia. |
Estimada Lourdes, de manera breve coméntenos sobre su experiencia profesional, y que realiza actualmente.
Ante todo, deseo agradecer al Diario del Exportador y en especial a su Director Víctor Mondragón por esta entrevista relacionada con el comercio exterior peruano.
Soy economista dedicada al comercio internacional. Inicie mi carrera en 1992 como editora de “Ensayos de Comercio Exterior” una revista especializada de la Universidad de Lima; y en 1998 comencé a trabajar promoviendo el comercio exterior e inversiones de Italia en América Latina. Desde el 2012, me dedico a la internacionalización de PYME en mercados de América Latina, Europa y Asia. Tengo experiencia en comercio exterior desde todos los campos: institucional, empresarial, académico y diplomático. Me he desempeñado como investigadora y capacitadora en modelos empresariales e internacionalización. Enseño Gestión Intercultural para Negocios Internacionales. Cuento con estudios de postgrado en economía y empresa realizados en Italia. En el 2015 realicé un Master en Management intercultural y Solución de Conflictos para empresas.
Usted tiene una larga trayectoria en comercio exterior, como economista, consultora y formadora. ¿Qué aspectos consideras son los más sólidos que tienen las empresas exportadoras peruanas?
Yo preferiría hablar del comercio exterior Peruano, más que de empresas exportadoras. Considero que, excluyendo el rol de las exportaciones tradicionales, y sin abordar el tema del comercio de servicios; creo que lo más sólido que tiene el Perú es haber identificado dos sectores potenciales de exportación no tradicional: agroindustria y textiles-confecciones. Perú tiene muchos sectores de exportación, pero sólo dos de ellos tienen la potencialidad para una fuerte expansión comercial y generación de empleo.
Sin embargo, a pesar del potencial de los sectores que menciona ¿A qué se debe la contracción de las exportaciones peruanas en los últimos tiempos?
Hay dos factores primordiales. El primer factor se relaciona con el escenario internacional, si se hace memoria la crisis internacional del 2008 significó una fuerte retracción del comercio mundial hacia el 2009, y aunque posteriormente se logró revertir la tendencia, la recuperación continua siendo lenta y poco estable. Hay demasiada volatilidad de precios internacionales y mercados, a lo cual se suman los conflictos geopolíticos, desastres naturales, conflictos sociales, incrementos de costos del comercio exterior, proteccionismo, por mencionar algunos problemas.
De acuerdo a la Organización Mundial del Comercio (OMC) del 2012 a 2014, la tasa media de crecimiento del valor del comercio de mercancías fue solo del 1%. Durante el 2015, se registró una tasa de crecimiento de 2.8% pero el ritmo de recuperación es demasiado lento.
En este escenario, el Perú es un país exportador de materias primas. Y aquí surge el segundo factor, las materias primas peruanas dependen de los precios internacionales sobre todo metales y productos agrícolas que han presentan caídas significativas en los últimos años. Esto sin contar que, los principales socios comerciales del Perú, mayormente países desarrollados; comenzaron a importar menos desde la crisis del 2008. China que se constituye como el primer socio comercial del Perú, ha desacelerado su economía causando un efecto negativo en las exportaciones peruanas. Perú está exportando menos en términos de volumen y valores FOB, y esto se refleja en los cinco años consecutivos de caídas en sus exportaciones.
¿Usted cree que esta contracción en las exportaciones peruanas se hubiera podido evitar?
No. Esta situación no hubiera podido evitarse, porque la falta de industrialización, la ausencia de diversificación productiva y el modelo primario exportador en el cual se encuentran enclavadas las exportaciones peruanas, son una fuerte limitante para el desarrollo exportador. Si analizamos los indicadores de los países que más exportan en el mundo, se podrá observar que cuentan con una industria consolidada y no dependen de materias primas.
De acuerdo a WITS-COMTRADE, las exportaciones peruanas son materias primas en un 43.52%; y según TRADEMAP, la participación de Perú en comercio mundial es del 0.2%. Si se observan las exportaciones de los últimos veinte años, se visualiza claramente que las diez principales partidas arancelarias son productos primarios y bienes intermedios. Perú debe diversificar su producción e incrementar sus líneas de productos terminados y bienes de capital si desea despegar en las exportaciones.
En la exportación no tradicional, son positivos los avances que se han realizado en productos como quinua, cacao, tejidos de alpaca, y prendas de algodón; al igual que el liderazgo que ha obtenido en productos frescos como las uvas, paltas y espárragos, pero esto no basta. La clave del éxito es elaborar productos de alto valor agregado para penetrar los mercados sofisticados.
Por ejemplo, si la gastronomía peruana ha alcanzado notoriedad a nivel internacional, se deberían estar exportando sus productos e invirtiendo en campañas de marketing para promoverlos. Sin embargo, me pregunto: ¿Cuáles son los productos de la gastronomía peruana? y ¿Por qué estos productos no se encuentran en los supermercados del mundo?
Recientemente encontré una botella de Pisco Sour en un supermercado peruano; y me pareció un excelente producto para internacionalizar con una buena campaña de publicidad. Sin embargo, cuando busco los productos peruanos en el extranjero, lo que más encuentro son ingredientes y no precisamente en supermercados. La diversificación productiva pondría al Perú un paso adelante en los mercados de productos terminados.
Del mismo modo, la falta de industrialización que resta competitividad al sector exportador. De acuerdo a los reportes de la Sociedad Nacional de Industria, 2769 empresas industriales dejaron de exportar durante el 2015, y sectores como químico-farmacéutica, alimentos y textiles se retraen progresivamente; sin contar que la industria peruana ha pedido competitividad en plásticos, calzado, pesca, y siderúrgica. Una de las estrategias del gobierno del Presidente Pedro Pablo Kuczynski, es consolidar al Perú en las industrias afines al sector minero, y esta iniciativa es positiva, aunque no bastará para poner al país en el mapa exportador mundial.
En cuanto a las PYME, estas no logran despejar bajo ningún modelo de internacionalización. Ellas tienen un rol importante en las exportaciones no tradicionales, pero su aporte es mínimo si lo comparamos con el universo de pequeñas y micro empresas que no pueden ingresar en la cadena de subministro internacional por el problema de la formalización. Las cooperativas son estructuras que podrían aportar al sector exportador y favorecer la competitividad de las PYME como sucede en países como Canadá; pero el modelo cooperativo en el Perú se encuentra minimizado por concepciones políticas erróneas, falta de difusión del modelo y, una legislación que necesita actualización.
Además, el país requiere mejorar su infraestructura para poder adaptarse rápidamente a los cambios globales, y obviamente solucionar el tema de la seguridad. Es importante revisar los estudios realizados por el Profesor Pankaj Ghemawat de la Universidad de Harvard y autor del libro “World 3.0” para resolver a la pregunta: ¿Cuán globalizados estamos desde dónde estamos? El Perú se está moviendo muy lento en el tema global, y esto afecta directamente a sus exportaciones.
Luego está el tema de la corrupción. Es muy difícil convencer a empresas extranjeras de asociarse a empresas peruanas debido a la percepción de la corrupción en las instituciones públicas y privadas. Basta revisar el indicador de corrupción 2015 publicado por Transparency International para verificar que la situación en Perú es crítica debido a la casi imposibilidad de sancionar la corrupción en todos los niveles. Este factor tiene impacto negativo no sólo en las exportaciones, sino también en la inversión.
La contradicción es que Perú tiene una consolidada estructura institucional para la promoción del comercio exterior en todo el país y el extranjero; cuenta con excelentes acuerdos comerciales, realizan misiones empresariales todo el año, participan en ferias internacionales y existe una marca país. Lo que sucede es que el sector exportador está en crisis, y lo que se avanza es siempre muy poco cuando se analiza todo lo que se tiene que resolver antes de hablar de liderazgo exportador.
En su experiencia como consultora ¿Es fácil trabajar con directivos de pequeñas y medianas empresas (PYME) y conseguir que atiendan a tus consejos?
Diría que es una tarea muy compleja. Mayormente estoy en contacto con directivos de PYME que suelen ser los dueños de las empresas, y que se iniciaron con pequeños emprendimientos. Mucho de ellos suelen solicitar asesoría en requisitos para exportar como los tipos de certificaciones, formas de pago, modalidades de transporte para sus productos y/o contactos en mercados de destino. Esta es la parte de la asesoría que resulta ser la menos compleja.
Los problemas surgen cuando no conocen el negocio exportador y la PYME llega a la internacionalización de su negocio por señalaciones de oportunidades o participación en ferias, y no precisamente porque hay un plan estratégico junto con un estudio de los mercados internacionales. Es difícil hacer entender a los directivos de estas empresas que tienen que invertir en investigación; así como prepararse para permanecer y adaptarse al mercado global. Lo peor es que escuchan los consejos, pero no los aplican. Además algunos directivos suelen enojarse cuando se les indica que están yendo por el camino errado. Un directivo de PYME peruana difícilmente financiará el viaje de su consultor para que lo acompañe a explorar un mercado, siempre gastará el mínimo en la construcción de su página web, ni hablar del pago de los impuestos y condiciones laborales de sus trabajadores, buscará ahorrarse en todo pero principalmente en la investigación y desarrollo de productos, y posiblemente culmine la relación con el asesor en malos términos y sin pagar los honorarios. Son situaciones en donde se crean conflictos empresariales irreconciliables en el corto y mediano plazo, porque tarde o temprano el mismo mercado les hará aprender de sus errores a costos muy elevados.
Algo que me llama mucho la atención es que las PYME tienen limitado conocimiento de cómo aprovechar los tratados de libre comercio mediante la asociatividad, y cuáles son sus ventajas al margen de la exención arancelaria. Esto hace que se desperdicien herramientas valiosas que se han negociado precisamente para incentivar el comercio.
Una parte importante de mi asesoría es la parte cultural y aquí mi trabajo con las PYME se hace muy tedioso. Yo vengo trabajando en un perfil del empresario peruano, usando modelos de inteligencia cultural y las dimensiones culturales de Geert Hofstede. Mi idea es poder dotar a los empresarios de competencias interculturales para que puedan desenvolverse con éxito en la internacionalización. Como se sabe tecnología y cultura son el futuro del mercado global.
De mis estudios se desprende que existen ideas en torno a la creatividad arraigadas en los peruanos que se han levantado como paradigmas difíciles de romper. El peruano se siente creativo, y esto es algo positivo; pero su creatividad es el resultado de una sociedad desestructurada y de crisis económicas, más no de un proceso del desarrollo intelectual y educativo. Un ejemplo es la cultura chicha.
A partir de la creatividad que surge como mecanismo de defensa ante la pobreza, los empresarios crear emprendimientos y logran capitalizarse con ellos, pero tarde o temprano estos emprendimientos se verán truncados por falta de prospección, inventiva, racionalidad e innovación. Otro problema es el chip mental de la informalidad y una cultura del sabotaje implacable que se combina con la falta de ética y compromiso, afectando de este modo a la reputación del empresario y su empresa. No es fácil trabajar en ese contexto; por ello me estoy dedicando a desarrollar competencias interculturales para que estos empresarios cambien de actitud, de lo contrario estarán fuera de todo contexto global.
Las experiencias positivas en asesoría a PYME llegan de la mano de directivos graduados en negocios o que heredan emprendimientos de los padres. Estos managers suelen rodearse de un buen equipo de trabajo y aplican los consejos de los asesores. En este caso, me concentro en trabajar con ellos la visión de largo plazo, la necesidad de la especialización en la producción y el comportamiento intercultural para negocios globales. Con estos directivos el trabajo es muy gratificante y da mucho gusto verlos tener éxito en las exportaciones.
¿Qué le recomendarías a las PYME que estuvieran pensando en exportar?
Que no se aventuren al negocio de la exportación con señalación de oportunidades, sino que estudien cuáles son sus posibilidades reales para formar parte del mercado global. Entender que la exportación es un negocio de largo plazo. Finalmente, sugerirles que si no conocen el negocio, contraten buenos asesores, y aprendan a escuchar y aplicar los consejos.
Y a los profesionales que quieren trabajar en el comercio internacional ¿Qué les recomendaría?
Muchas veces he escuchado decir a jóvenes profesionales que les gusta el comercio internacional porque les da la oportunidad de viajar. Sin embargo, yo les diría que esto no basta. Hay que sentir pasión por lo que se hace.
Yo siempre digo que tuve suerte debido a que aprendí de excelentes profesores que me enseñaron sobre el comercio internacional, y consolide mi experiencia trabajando con directivos y negociadores de varias partes del mundo. Hay que prepararse en negocios, legislación y contratos, pero también se necesita desarrollar competencias personales, aprender idiomas, estudiar las culturas, tener una mente abierta y preparada para los cambios. Se trata de una carrera que implica muchos sacrificios, pero vale la pena porque es fascinante. Les recomiendo leer lo más que puedan y viajar. Me gusta mucho los estudios del Prof. Ghemawat y recomiendo leer World 3.0, pero hay otros expertos como David C. Thomas, David Livermore o Felicity Menzies que escriben sobre negocios multiculturales que vale la pena leer. Gracias al “Diario del Exportador” pude conocer al Prof. Nicola Minervini que recientemente ha publicado “La Ingeniería de la Exportación, la ruta para la internacionalización”. Recomiendo este libro como lectura de cabecera para quienes desean incursionar en el comercio.
Por último, ¿Cuál es la clave para que una empresa se mantenga exportando?
En el caso de las empresas peruanas sobre todo las PYME es entender el negocio exportador y buscar hacer alianzas para la internacionalización. Una vez que realmente se entiende cómo funciona el negocio, sabrán cómo desenvolverse en el mercado global para hacer de esta actividad algo rentable y sostenible en el tiempo.
Para conocer más sobre Lourdes Ortecho les invito ingresar a www.linkedin.com/in/lourdes-ortecho
Extracto del artículo "Entrevista a Lourdes Ortecho “Exportaciones Peruanas: Sin diversificación productiva e industrialización no sobrevivirán en el mercado global”", publicado originalmente en la revista Diario del Exportador Nº 004.
Uso de los artículos. Los materiales publicados no pueden ser reproducida, salvo se solicite su permiso previo por escrito al Diario del Exportador y el autor.
COMMENTS