
Ingresar a los mercados internacionales es una posibilidad que está abierta a todas las empresas. Sin embargo, para internacionalizar no basta con tener un departamento de exportación, es necesario que exista en toda la organización una cultura internacional impulsada por el gerente y transmitida transversalmente por toda la empresa. El éxito de una empresa no es resultado de unos cuantos sino del trabajo en conjunto de toda la organización.
Como primer pasó se debe tener claro ¿por qué se desea internacionalizar?, los motivos de las empresas pueden ser debido a la situación local: compensar la caída de la demanda interna, dar salida a excesos de producción, reaccionar a la entrada de competidores exteriores o saturación del mercado doméstico; o las oportunidades que presenta el exterior: trasladar determinadas actividades e incluso partes enteras de la cadena de valor a localizaciones más competitivas (deslocalización de la producción a países con menores costos de personal o de fabricación), etc.
Cual sea el motivo de la empresa para internacionalizar, la clave de no fracasar en el intento radica en contar con una adecuada organización, es decir un equipo con mentalidad internacional (valga la redundancia), que se sientan a gusto haciendo negocios en cualquier lugar del mundo. Cuando me refiero a equipo me refiero a toda la organización.
No basta un equipo que hable diferentes idiomas y conozca las técnicas del comercio internacional. Lo primordial es un equipo que cree las condiciones para que la internacionalización sea un éxito. Por ejemplo, que la dirección demuestre con ejemplo que la internacionalización es un elemento fundamental en la vida de empresa. Ello significa ser de los primeros en impulsar y ejecutar las actividades para internacionalizar, como visitar los mercados, conocer a los clientes, la cultura de cada país, los hábitos de consumo locales. Entre más organizado y conectada este la organización se demostrará mayor seriedad y confianza, no sólo frente a los clientes, sino dentro de la empresa.
El presente artículo se publicó originalmente en la revista Diario del Exportador Nº 008.
El presente artículo se publicó originalmente en la revista Diario del Exportador Nº 008.
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