En el marco del día del negociador internacional me gustaría compartirles mi perspectiva acerca de las grandes diferencias que considero que...
En el marco del día del negociador internacional me gustaría compartirles mi perspectiva acerca de las grandes diferencias que considero que existen entre exportar e internacionalizar un producto.
El primer punto es comenzar por aclarar que el hecho de que realices envíos y/o movimientos de mercancías de un país a otro significa que estés internacionalizando los productos.
Es verdad que exportar es una parte de la actividad de internacionalización y dependiendo de cómo se mire, puede ser también una actividad de comercio internacional o de comercio exterior (que no es lo mismo, aunque lo parezca). Concretamente, el vender productos o servicios fuera de tu país ya sea puntualmente o de manera recurrente, es sólo eso, una actividad exportadora.
El proceso de internacionalización de una empresa o producto, va más allá de una simple operación comercial. Es un proceso más amplio y a largo plazo en donde debe debe considerarse una serie de factores culturales, sociales, económicos, políticos y hasta ambientales. Y que además, implica la participación directa de la empresa en otros países, apertura de oficinas, plantas, puntos de venta o fábricas, contratación de personal local y registros legales de operación.
No se trata sencillamente de vender a otros países, sino de implantar tu negocio y tu marca en ellos, adaptarte a su mercado y posicionarte en él. Exportar es un término que se refiere específica y técnicamente al acto de trasladar/enviar.
Para finalizar, te comparto el artículo del Heraldo, España denominado Exportar no es internacionalizar, donde nos comparten 10 buenos consejos para que nuestras empresas ganen tamaño en los mercados extranjeros.
1. Analizar el punto de partida (sector de actividad, producto y/o servicio a exportar) y tener claro adónde y por qué se quiere y puede llegar. En internacionalización no siempre querer es poder.
2. Conocer la idiosincrasia del país de destino, sus costumbres, sus demandas y sus necesidades. En internacionalización la primera barrera es no conocer el lenguaje del consumidor, aunque hable nuestro mismo idioma.
3. Adaptar el producto o servicio al nuevo destino, no imponer fórmulas, aunque hayan funcionado en tu país. También en internacionalización el cliente siempre tiene la razón.
4. Elaborar planes financieros, de costes, de previsión y de viabilidad. En internacionalización si las cuentas no salen en tu país, tampoco saldrán en el extranjero.
5. Probar los productos o servicios y analizar a la competencia en el país de destino. Encuestar, escuchar al importador, al distribuidor, al consumidor; comparar y analizar la competencia, indagar en los mercados, verificar lo que dicen. En internacionalización no se debe creer lo que no se comprueba.
6. Conocer todas las barreras de entrada, sean o no arancelarias; y diseñar un plan de prevención y control de contingencias. En internacionalización más vale aprender de los errores y poder superarlos, que lamentar una grave pérdida después de un gran acierto fortuito.
7. Elaborar un plan de comunicación y de marketing adecuado al mercado de destino. Hay que presentar los productos o servicios, hay que comunicar y hacerlo bien, con adaptación cultural. En internacionalización lo que no se da a conocer no perdura, pero lo que erróneamente se transmite se lamenta sin remedio.
8. Implantarse, estar presente en el mercado de destino o, al menos, tener una representación adecuada; los negocios en el extranjero se hacen con buenos productos o servicios, pero siempre con cara, ojos y oído. En internacionalización saber hacer es tan importante como saber estar.
9. Integrarse hasta hablar el mismo idioma, el lenguaje del consumidor y su lengua materna. La empresa tiene que contar con interlocutores locales, no vale la comunicación estandarizada, sino personal. En internacionalización el idioma no es una barrera sino una oportunidad.
10. Entender una venta internacional como una venta local, hacer sólo lo que se sabe hacer bien, añadir el valor del conocimiento, del servicio postventa, del control de calidad, de la mejora continua a los productos o servicios. En internacionalización no es redundante afirmar que el mercado es el mundo.
Fuente: El Heraldo, España https://www.heraldo.es/noticias/economia/2014/11/12/exportar-no-es-internacionalizar-234676.html?autoref=true
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