de contenedores

Pérdidas de contenedores en el transporte marítimo siguen generando un volumen significativo de reclamaciones cada año. Aunque se atribuyen habitualmente a condiciones meteorológicas adversas, estudios recientes señalan que muchas de estas pérdidas son evitables y se deben a fallos sistémicos en la logística, la planificación y el control operativo.

El problema no es menor. Más allá de los costos financieros, las pérdidas en el mar suponen riesgos medioambientales, tensiones legales y daños reputacionales. Entender las principales causas de la pérdida de contenedores permite a los actores del comercio global anticiparse, prevenir incidentes y reducir significativamente los niveles de reclamación.

Principales causas de reclamaciones por pérdida de contenedores

1. Embalaje deficiente y declaraciones erróneas

Uno de los problemas más persistentes en el transporte marítimo es que hasta dos tercios de las reclamaciones por carga tienen su origen en errores vinculados al embalaje y la declaración de mercancías. Estos fallos ocurren en origen, fuera del control del transportista marítimo, lo que complica la trazabilidad y la prevención.

Consecuencias directas de un mal embalaje:
  • Colapso interno de cargas
  • Desbalance del peso en el buque
  • Dificultad para distribuir correctamente las fuerzas en la estructura del contenedor
  • Mayor probabilidad de reclamos por pérdida de contenedores

La falta de supervisión efectiva sobre los procesos de embalaje sigue siendo un talón de aquiles de muchas empresas.

Asimismo, la mala documentación, que puede referirse al contenido, el peso o la naturaleza de la carga, tiene un impacto directo en la seguridad del transporte. La consecuencia más común: estiba incorrecta, cargas desbalanceadas y fallos en la distribución de peso dentro del contenedor.

Estos errores de origen compromete la estabilidad de la carga, incrementa el riesgo de desplazamiento durante la navegación y reduce la eficacia de las medidas preventivas adoptadas en fases posteriores del proceso logístico. Para las aseguradoras y transportistas, estos errores son difíciles de anticipar, especialmente cuando la documentación aportada por el cargador no refleja con precisión la condición real del contenedor.

2. Contenedores con sobrepeso

A menudo ignorado o minimizado, el problema del sobrepeso en contenedores representa un riesgo operativo constante. En muchos casos, los cargadores subestiman deliberadamente el peso real para reducir costos logísticos, evitar restricciones o esquivar inspecciones. Este fraude tiene consecuencias mecánicas graves en la integridad del buque.

Cuando un contenedor con sobrepeso se coloca sobre otros más livianos, se pueden superar los límites de carga por apilamiento, afectando la estabilidad del conjunto. Además, al no estar correctamente identificado, no se distribuye de forma estratégica en el buque, lo que provoca:
  • Sobrecarga de elementos de sujeción (lashings).
  • Tensión excesiva en los marcos estructurales de los contenedores inferiores.
  • Desequilibrios peligrosos en maniobras y navegación.

La introducción del sistema VGM (Verified Gross Mass) ha sido un avance en la lucha contra este problema, pero su implementación y fiscalización siguen siendo irregulares.

3. Planificación operativa deficiente

El transporte marítimo moderno exige planificación meticulosa en múltiples niveles: carga, peso, condiciones meteorológicas, rutas y diseño del buque. Sin embargo, la presión comercial y los márgenes ajustados a menudo generan decisiones apresuradas, mal evaluadas o basadas en datos erróneos.

Una planificación deficiente del stowage (colocación de contenedores) puede:
  • Exceder la capacidad estructural del buque.
  • Imposibilitar una respuesta efectiva ante mal tiempo.
  • Aumentar la probabilidad de colapsos de estiba.
  • Incrementar reclamaciones por mercancía dañada o pérdida total

El equilibrio de cargas no es solo una cuestión técnica, sino estratégica. La industria marítima requiere inversiones en software predictivo, simulaciones y automatización, además de una cultura operativa centrada en la anticipación.

4. Equipos de sujeción defectuosos o mal aplicados

El fallo en los sistemas de sujeción es otro factor crítico que explica muchas de las reclamaciones por pérdida de contenedores. Desde equipos defectuosos hasta errores humanos en su aplicación, el resultado puede ser desastroso.

Elementos comunes que fallan:
  • Tensores o barras en mal estado
  • Cadenas aplicadas con tensión incorrecta
  • Sistemas de sujeción incompatibles con el tipo de carga
  • Ausencia de revisión o mantenimiento preventivo

Un solo punto de fallo puede comprometer toda una fila de contenedores, especialmente en buques de gran capacidad donde la presión estructural es mayor.

5. Tecnología bajo escrutinio

En 2006, el uso de twistlocks totalmente automáticos (FATs) generó una serie de incidentes en el Golfo de Vizcaya. Cuatro buques reportaron la pérdida de numerosos contenedores. Las investigaciones apuntaron a una combinación peligrosa: el uso de estos dispositivos y las nuevas generaciones de megabuques portacontenedores.

Aunque no se culpó exclusivamente a los FATs, los resultados generaron preocupación. Algunos de los principales fabricantes retiraron temporalmente este tipo de twistlocks del mercado, y se abrió un debate sobre la adopción apresurada de nuevas tecnologías sin pruebas operativas robustas.

La lección es clara: innovación sí, pero no sin validación, monitoreo y evaluación de impacto estructural.

6. Planificación de rutas y navegación

El comportamiento de un buque en alta mar, su rolido (roll), cabeceo (pitch) y elevación vertical (heave), determina directamente la presión que sufren los contenedores y sus sistemas de sujeción. La meteorología no puede controlarse, pero sí puede evitarse el tránsito por zonas de alto riesgo mediante planificación estratégica de rutas.

Evitar tormentas, ajustar el rumbo en función de las condiciones del mar o modificar la velocidad del buque son acciones fundamentales para preservar la integridad del cargamento.

Cada vez más navieras implementan software de optimización de rutas para reducir riesgos. Pero aún queda camino por recorrer en cuanto a su integración con la planificación de carga y el comportamiento dinámico de buques en condiciones extremas.

¿Puede evitarse la pérdida de contenedores?

La respuesta breve es: en muchos casos, sí. Las principales causas de pérdida de contenedores no son fortuitas. Son el resultado de una cadena de fallos previsibles que se agravan por la falta de control, regulación o supervisión.

Las navieras, los cargadores y las autoridades portuarias tienen un papel crucial en prevenir:
  • Contenedores mal embalados.
  • Peso incorrectamente declarado.
  • Errores de planificación operativa.
  • Fallo en los equipos de sujeción.
  • Innovaciones sin validar adecuadamente.
  • Navegación deficiente en condiciones meteorológicas adversas.

El fortalecimiento de las normativas internacionales, como las impulsadas por la Organización Marítima Internacional (OMI), ha comenzado a mitigar algunos de estos riesgos. No obstante, la responsabilidad compartida entre cargadores, transportistas, planificadores y fabricantes de equipamiento es indispensable para lograr una mejora sustancial en la reducción de pérdidas de contenedores y reclamaciones asociadas.

¡Prevenir es más barato que reclamar. Y también, mucho más seguro!.

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