de negocios

El viaje de negocios se ha consolidado como una rutina para miles de profesionales en España, donde la conectividad ferroviaria y aérea facilita una movilidad ágil entre centros económicos como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao.

Un lunes cualquiera, a las 6:40 a.m., en la estación de tren de Atocha. Cientos de viajeros se apuran hacia los controles mientras miran de reojo la pantalla de salidas. Muchos de ellos no son turistas, sino ejecutivos que comienzan su semana en otra ciudad. 

La presión por llegar a tiempo, bien preparado y con todas las herramientas necesarias para una reunión ha llevado a optimizar cada fase del trayecto. Y no se trata solo de vuelos o trenes: el Parking en Aeropuerto y el Parking en Estación de Tren han pasado a ser aspectos críticos de la logística de viajes. Si se viaja con niños porque no hubo con quién dejarlos en casa o con muestras de producto que no se pueden facturar, contar con opciones seguras y prácticas de estacionamiento cerca del punto de salida ya no es un lujo: es una necesidad.

Durante años, el ejecutivo viajero ha lidiado con largas colas para dejar su coche, traslados incómodos hasta la terminal o tarifas poco claras. Hoy, la tendencia cambia: han proliferado servicios de parking de larga estancia, aparcamientos cubiertos con recogida de vehículo en terminal o incluso plataformas digitales que permiten comparar precios y reservar plaza en segundos. La experiencia mejora y, con ello, la percepción del viaje en general.

La misma lógica se aplica a quienes prefieren o necesitan desplazarse en tren. En ciudades como Zaragoza, Sevilla o Málaga, la disponibilidad de un Parking en Estación de Tren a escasos minutos del andén permite ganar minutos valiosos, especialmente si se trata de una ida y vuelta en el día. Y en términos de rentabilidad empresarial, cada minuto ahorrado se traduce en una ventaja.

Para muchos, estos avances logísticos han eliminado uno de los grandes frenos al viaje profesional: el estrés del transporte auxiliar. De hecho, es ahora perfectamente factible iniciar una jornada laboral en casa, llevar a los niños al colegio, estacionar en un aparcamiento seguro en el aeropuerto, y tomar un vuelo o AVE hacia la sede de una reunión clave, todo sin sacrificar la eficiencia.

Tecnología al servicio del profesional móvil

El auge del viaje de negocios también ha empujado una transformación digital. Hoy, muchas compañías integran en sus políticas corporativas herramientas que permiten al empleado reservar alojamiento, transporte terrestre y espacio de trabajo en una sola app. Estas soluciones ofrecen trazabilidad, facturación unificada y flexibilidad para cambios de último momento.

Al mismo tiempo, la inteligencia artificial empieza a personalizar el itinerario en función del perfil del viajero: ¿Es habitual? ¿Viaja solo o con familia? ¿Necesita prioridad en embarque, conexión a internet desde el trayecto o salas de reuniones en el destino? Las respuestas alimentan algoritmos que optimizan desde el check-in hasta la ubicación del hotel.

Equipaje, niños y productividad: ¿problemas del pasado?

Atrás quedan los días en que un directivo tenía que elegir entre viajar con su familia o responder a una convocatoria urgente. Hoy, las infraestructuras permiten combinar ambos mundos. Viajar con niños ya no representa una complicación logística inasumible: existen servicios de asistencia para familias en los principales aeropuertos españoles, espacios de juego y salas familiares en estaciones de tren, así como hoteles orientados a estancias breves con servicios adaptados.

Lo mismo ocurre con el equipaje voluminoso o técnico, como equipos médicos, productos promocionales o muestras de exportación. La disponibilidad de servicios de transporte puerta a puerta y lockers inteligentes en aeropuertos y estaciones elimina gran parte de la fricción habitual. Además, varias cadenas hoteleras han desarrollado soluciones específicas para el ejecutivo viajero, como armarios de entrega directa, check-in automatizado o espacios de coworking integrados.

Turismo de negocios: en recuperación, pero aún lejos del ocio

El viaje de negocios representa solo una fracción del total del gasto turístico en España, y aunque muestra señales de reactivación, sigue rezagado frente al turismo de ocio. Según la Encuesta de Gasto Turístico (EGATUR) del Instituto Nacional de Estadística, en diciembre de 2024 el gasto total por motivos de negocios alcanzó los 390 millones de euros, lo que supuso una caída interanual del 11,8% respecto al mismo mes de 2023. El gasto medio por turista en estos desplazamientos fue de 1.361 euros, y el gasto diario, de 155 euros.

Aunque el gasto diario en viajes de negocios subió un 5,8%, la duración media de estos viajes se redujo significativamente: 8,8 días de media, casi un 19% menos que el año anterior. Esta reducción responde, en parte, a un cambio en la forma en que las empresas abordan la movilidad: se prefiere ahora la eficacia de visitas más breves, combinadas con reuniones virtuales y estrategias más centradas en el retorno de inversión.

En contraste, los viajes por ocio generaron más del 76% del gasto total turístico en diciembre y crecieron un 7,2% respecto al año anterior, alcanzando los 5.798 millones de euros. La comparación evidencia una divergencia en la recuperación: mientras el turismo vacacional consolida cifras récord, el turismo corporativo aún se ajusta a un nuevo paradigma marcado por la eficiencia y la flexibilidad.

Este contexto obliga a repensar los servicios alrededor del ejecutivo viajero. Soluciones como el Parking en Aeropuerto o el Parking en Estación de Tren, junto con alojamientos adaptados al teletrabajo o servicios de movilidad inmediata, se vuelven piezas fundamentales para mejorar la competitividad del viaje profesional. La clave ya no está solo en el desplazamiento, sino en todo lo que lo rodea: desde la gestión ágil del tiempo hasta la reducción del estrés logístico.

La realidad estadística es clara: el gasto internacional total en viajes a España durante 2024 ascendió a 126.282 millones de euros, un 16,1% más que en 2023, impulsado principalmente por mercados como Reino Unido (22.602 millones), Alemania (15.527 millones) y Francia (11.014 millones). Sin embargo, el segmento de negocios todavía no recupera su peso prepandemia, lo que plantea desafíos y oportunidades para empresas, aerolíneas, estaciones, hoteles y operadores que apuestan por este perfil de viajero exigente, pero cada vez más móvil.

Se esperan 98 millones de visitantes en 2025 que se traduciria en ingreso por 135 mil millones de euros para España

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