importar es fácil

Importar parece un proceso complejo, lleno de trámites, documentos y siglas incomprensibles. Pero no lo es. Importar es fácil, si sabes cómo.

Con planificación y precauciones básicas, cualquier pyme o emprendedor puede transformar la importación en una oportunidad rentable.

Importar es fácil, si sabes cómo

1. Investigar antes de importar

Todo comienza con un estudio de mercado. Importar sin conocer la demanda es como navegar sin mapa.

El objetivo es identificar una necesidad insatisfecha y comprobar si el producto que deseas traer la cubre.

Hazte estas preguntas:
  • ¿Existe ya este producto en el mercado local?
  • ¿Es mi producto importado más competitivo en precio o calidad?
  • ¿Cuántas personas lo demandarán y con qué frecuencia?

Responder con datos, no con intuición, marca la diferencia entre una importación exitosa y una pérdida segura.

2. Elegir el país y el proveedor adecuados

Una vez identificado el producto, el siguiente paso es encontrar el proveedor correcto.

Aquí la regla es simple: verifica antes de pagar.

Muchos supuestos “fabricantes” en realidad son intermediarios. Para evitar fraudes:
  • Busca referencias del proveedor en cámaras de comercio o bases de datos oficiales.
  • Comprueba si la empresa exporta regularmente y si tiene presencia verificable.
  • Considera contratar un agente de compras o una empresa verificadora.

Invertir unos cientos de dólares en verificación puede ahorrarte miles en pérdidas por un contenedor inexistente.

3. Solicitar una cotización clara

El contacto inicial con el proveedor puede hacerse por correo electrónico, plataformas B2B o mediante un agente de compras (broker).

Solicita siempre:
  • Lista de precios actualizada.
  • Muestras del producto.
  • Términos de venta (Incoterms).
  • Condiciones de pago y entrega.

La cotización debe detallar todo. Si algo no está claro, pídele al proveedor que lo confirme por escrito.

Esto será útil en caso de reclamos o diferencias futuras.

4. Formalizar la compra

Si la propuesta te conviene, procede con una orden de compra y un contrato de compraventa internacional.

Este documento debe especificar:
  • Medio de pago (transferencia, carta de crédito, cobranza documentaria)
  • Medio de transporte (marítimo, aéreo o terrestre)
  • Condiciones de entrega (según los Incoterms acordados)
  • Tiempos de entrega y penalizaciones

Una recomendación útil: usa una carta de crédito (L/C) si no conoces al proveedor.

Este instrumento bancario reduce el riesgo porque garantiza que el pago solo se libera si los documentos son correctos.


5. Preparar los documentos de importación

Antes de que la mercancía llegue, asegúrate de que el proveedor te envíe los documentos originales.

Son indispensables para el despacho aduanero y deben incluir:
  • Factura comercial
  • Documento de transporte (Conocimiento de embarque, Guía aérea o Carta de porte)
  • Lista de empaque (packing list)
  • Póliza de seguro o carta de no seguro
  • Certificado de origen
  • Certificados sanitarios o de conformidad, si aplica (por ejemplo, para alimentos, cosméticos o medicamentos)

Cada documento debe coincidir exactamente con los datos del envío.

Una mínima discrepancia puede retrasar el despacho o generar multas.

6. Llegada de la mercancía y almacenaje temporal

Cuando la carga llega al puerto o aeropuerto, es descargada y trasladada a un depósito temporal.

Allí se genera un volante de recepción, que resume el contenido, peso y volumen de la carga.

El importador puede solicitar una inspección previa si nota diferencias entre los documentos y la carga física.

Esto ayuda a evitar sorpresas antes del despacho.

7. Despacho aduanero y pago de tributos

El siguiente paso es el despacho aduanero.

Si el valor CIF (costo, seguro y flete) supera cierto umbral (cada país lo establece), el trámite debe realizarlo un agente de aduana autorizado.

El proceso incluye:
  • Elaboración de la Declaración de Importación (o DUA, según el país).
  • Pago de aranceles e impuestos a la importación.
  • Asignación del canal de control aduanero:
    • Canal verde: liberación directa.
    • Canal naranja: revisión documental.
    • Canal rojo: revisión documental y física.

Si todo está conforme, la aduana otorga el levante, es decir, la autorización para retirar la mercancía.

8. Inspecciones sanitarias y regulaciones especiales

Algunos productos —como alimentos, bebidas, cosméticos o medicamentos— requieren inspección sanitaria antes del retiro.

Las tarifas y requisitos varían según la autoridad y la clasificación arancelaria.
  • Autoridad sanitaria o agrícola: inspecciona condiciones de empaque y certificaciones.
  • Autoridad de salud pública: verifica registro sanitario o certificado de libre venta.

Cumplir con estas regulaciones es clave para evitar multas o destrucción de mercancía.

9. Recepción final y control interno

Con el levante autorizado, la mercancía se traslada al almacén del importador o centro de distribución.

Es fundamental revisar nuevamente el contenido, estado físico y coincidencia con los documentos.

Luego, registra la operación contablemente y guarda los documentos por el tiempo exigido por la ley (normalmente cinco años).

Esto será necesario para auditorías, devoluciones o futuras importaciones.

Por qué “importar es fácil, si sabes cómo”

Importar no es solo comprar afuera; es gestionar riesgos y costos con método.

Cuando se planifica bien, la importación puede ser el primer paso hacia la internacionalización de una empresa.

El secreto está en analizar, verificar y formalizar cada paso.

Así, importar deja de ser un riesgo y se convierte en una oportunidad.

Importar es fácil, si sabes cómo.

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