Como parte de nuestra continua colaboración con Un Mundo Inmenso, nos complace presentar la vigésima cuarta publicación de esta serie conjunta, titulada: “Islandia, donde la tierra se divide”.
Islandia: un país en los límites del mundo
Islandia no es un destino cualquiera. Es un país donde la geografía, la historia y la cultura parecen desafiar la lógica. Situada en el extremo norte del Atlántico, es conocida como la tierra de fuego y hielo: glaciares inmensos conviven con volcanes activos, y auroras boreales iluminan el cielo durante gran parte del año.
En este artículo exploraremos por qué Islandia se ha convertido en uno de los países más fascinantes del planeta. Desde su posición única en la división de dos placas tectónicas hasta su protagonismo en producciones de cine, pasando por su peculiar historia, su relación con el mar y su creciente atractivo turístico.
Islandia, el país más al norte del mundo
Aunque Groenlandia se extiende más hacia el norte, Islandia tiene un récord propio: es el país independiente más cercano al Polo Norte. Esta ubicación extrema no significa necesariamente un clima inhóspito. Al contrario, la Corriente del Golfo suaviza las temperaturas, de modo que en Reikiavik, su capital, rara vez bajan de -10 °C en invierno.
El contraste es parte de su esencia: un lugar frío en latitud, pero templado en vivencias. Esta dualidad ha hecho que Islandia sea vista como un país en los límites, no solo geográficos, sino también culturales y naturales.
Escenarios de cine: Islandia en la pantalla grande
Los paisajes islandeses parecen sacados de otro planeta. Quizás por eso, muchos directores de cine y series han elegido este país como escenario. Glaciares como Vatnajökull, el segundo más grande de Europa, fueron el telón de fondo de escenas memorables en Game of Thrones.
Producciones como Interstellar, Batman Begins, Tomb Raider y hasta Star Wars: The Force Awakens también utilizaron Islandia para recrear mundos lejanos. Al ver esas imágenes, queda claro que pocas naciones ofrecen paisajes tan cinematográficos: cascadas monumentales, playas de arena negra y montañas cubiertas de hielo.
Más allá del fútbol: un país pequeño que logró grandes gestas
Islandia también sorprendió al mundo del deporte. En la Eurocopa 2016 eliminó a Inglaterra y en el Mundial de Rusia 2018 logró empatar con Argentina.
Lo llamativo no fueron solo los resultados, sino el apoyo popular. En algunos partidos llegaron a viajar más de 26,000 islandeses, lo que representa cerca del 7% de toda su población. Para dimensionarlo, si China hiciera lo mismo, habría que construir un estadio para 98 millones de personas.
Pesca y tradición: un motor económico
Durante siglos, la pesca fue el corazón de la economía islandesa. No solo permitió su subsistencia, también marcó historias curiosas, como la antigua ley que permitía matar vascos en los fiordos occidentales. Esta normativa, vigente durante 400 años y derogada recién en 2015, se originó en conflictos por la caza de ballenas en 1615.
Más allá de la anécdota, la pesca consolidó a Islandia como un país vinculado al mar, un rasgo que aún hoy define su cultura y su economía.
Turismo en Islandia: crecimiento sin precedentes
El turismo es uno de los sectores que más ha crecido en los últimos años. Pasó de recibir 460,000 visitantes en 2010 a 2.3 millones en 2018. En un país de apenas 360,000 habitantes, este flujo es impresionante.
![]() |
| Vatnajökull |
Gran parte del atractivo está en su naturaleza virgen y en la infraestructura pensada para explorarla. La carretera Hringvegur, por ejemplo, rodea toda la isla con 1,300 kilómetros de paisajes cambiantes: fiordos, campos de lava, playas negras y pueblos pintorescos.
Atracciones únicas de Islandia
Auroras boreales
Islandia es uno de los mejores lugares del mundo para observar la aurora boreal. El fenómeno se deja ver en más de 200 noches al año, especialmente entre septiembre y marzo.
Vatnajökull: el glaciar inmenso
Ocupa el 8% del territorio nacional y guarda cuevas de hielo que parecen sacadas de un cuento fantástico.
El Círculo Dorado
Conjunto de tres puntos turísticos imperdibles:
- Gullfoss: una cascada de 32 metros que cae en dos saltos.
- Geysir y Strokkur: fuentes termales donde el agua brota con fuerza cada pocos minutos.
- Parque Nacional Thingvellir: patrimonio cultural e histórico, sede del primer parlamento del mundo en el siglo X y de la fundación de la república en 1944.
Silfra: buceo entre continentes
Silfra, en Thingvellir, ofrece uno de los buceos más singulares del planeta: aguas transparentes con hasta 80 metros de visibilidad y la posibilidad de estar entre las placas de América del Norte y Eurasia al mismo tiempo.
Islandia: donde la tierra literalmente se divide
Uno de los rasgos más impresionantes de Islandia es que está situada sobre la dorsal mesoatlántica, el límite entre dos placas tectónicas: la euroasiática y la norteamericana. Cada año, ambas se separan alrededor de dos centímetros, generando fisuras, volcanes y actividad sísmica.
Este fenómeno convierte al país en un laboratorio natural de geología. Con 32 volcanes activos, Islandia combina riesgo con oportunidad. De hecho, supo aprovechar esa energía para transformarse en un referente mundial en energías renovables.
Energía limpia: un modelo global
El 85% de la energía que consume Islandia proviene de fuentes renovables, principalmente geotermia e hidroelectricidad. Su ubicación sobre una zona volcánica le permite aprovechar el calor de la tierra para generar electricidad y calefacción de forma sostenible.
Este modelo no solo le da independencia energética, sino que también convierte al país en un ejemplo de transición ecológica para el mundo.
¿Europa o América? El debate geográfico
Aunque históricamente Islandia se considera parte de Europa, su ubicación geológica la hace bicontinental. En su territorio confluyen las placas de Eurasia y América del Norte, lo que abre un debate interesante sobre su identidad geográfica.
Culturalmente, sin embargo, Islandia mira hacia Europa: su pertenencia al espacio Schengen, su sistema político democrático y su cercanía cultural con los países nórdicos refuerzan esta pertenencia.
Un destino que une extremos
Islandia es un país donde todo parece convivir en contraste: fuego y hielo, tradición y modernidad, Europa y América, aislamiento y apertura al turismo global.
No es casualidad que sea considerado uno de los lugares más sorprendentes del planeta. Quienes lo visitan encuentran paisajes que parecen de ciencia ficción, una historia llena de curiosidades y una sociedad pequeña, pero con gran protagonismo internacional.
La tierra que se divide bajo nuestros pies nos recuerda que el planeta está vivo. Y en Islandia, esa fuerza se convierte en belleza.

