En el comercio internacional existe un principio que parece simple, pero que tiene un enorme impacto en la forma en que los países comercian entre sí: el trato nacional.
En pocas palabras, significa que un producto importado debe recibir el mismo trato que un producto local, una vez que ha pasado la aduana. Lo mismo aplica para ciertos servicios y para la protección de la propiedad intelectual.
Este principio está en el corazón de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y evita que los gobiernos creen barreras “ocultas” que frenen a las importaciones y favorezcan a las empresas nacionales.
¿Qué es el trato nacional?
El trato nacional es la obligación de un país de no discriminar contra bienes, servicios o derechos provenientes del extranjero, en comparación con los nacionales.
La OMC lo define así: “Cada Miembro concederá a las mercancías importadas, una vez pasadas por aduana, un trato no menos favorable que el otorgado a las mercancías idénticas o similares de producción nacional” (GATT, Artículo III).
En la práctica, esto significa:
- No cobrar más impuestos internos a un producto importado que al nacional.
- No imponer normas técnicas o de etiquetado que dificulten solo a los importados.
- No aplicar regulaciones que, aunque parezcan neutras, favorezcan a la producción local.
Trato nacional en mercancías
En el caso de las mercancías, el Artículo III del GATT es la base. Su idea es simple: una vez que el producto entra al país, debe competir en igualdad de condiciones.
Por ejemplo:
- Si un vino importado paga un impuesto del 10%, el vino local también debe pagarlo.
- Si un producto nacional puede venderse con cierta etiqueta, el importado no puede tener requisitos adicionales más estrictos.
Trato nacional en servicios
El principio no se queda en los bienes. El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS o GATS) lo recoge en su Artículo XVII.
Aquí la idea es que los proveedores de servicios extranjeros reciban un trato igual al de los nacionales, en los sectores donde el país se haya comprometido.
Ejemplo:
- Si un país permite a sus empresas ofrecer seguros, debería permitir lo mismo a una compañía extranjera bajo las mismas condiciones.
- Si una regulación otorga beneficios fiscales a proveedores nacionales, también deberían aplicarse a los extranjeros.
No todos los sectores están cubiertos, porque los países negocian compromisos específicos. Pero donde existe compromiso, el trato nacional debe cumplirse.
Trato nacional en propiedad intelectual
El tercer ámbito clave es la propiedad intelectual. Según el Artículo 3 del Acuerdo sobre los ADPIC, cada país debe proteger los derechos de autores, inventores o dueños de marcas extranjeras del mismo modo que protege los de sus nacionales.
Esto es fundamental en industrias como:
- Farmacéutica (patentes).
- Tecnología (software y diseños).
- Cultura y entretenimiento (derechos de autor).
Gracias a esta regla, un creador extranjero puede reclamar en otro país si sus derechos no son respetados, sin ser discriminado por no ser nacional.
¿Por qué importa el trato nacional?
El trato nacional no es solo un concepto jurídico. Tiene consecuencias directas para empresas y gobiernos:
1. Competencia justa
Evita que los gobiernos favorezcan a la industria local mediante impuestos o regulaciones ocultas. Esto da seguridad a las empresas que exportan o invierten en otros países.
2. Confianza en el mercado
Un importador sabe que, al entrar a un país, competirá en igualdad de condiciones. Esto incentiva el flujo de comercio y de negocios internacionales.
3. Protección contra proteccionismo
El principio es un escudo contra medidas proteccionistas disfrazadas de regulaciones técnicas o fiscales.
4. Disputas comerciales
La mayoría de las disputas en la OMC incluyen alegaciones de violación al trato nacional. Es un mecanismo clave para mantener equilibrado el sistema.
Desafíos y excepciones del Trato Nacional
Aunque el principio es claro, no siempre es fácil de aplicar.
- Excepciones legítimas: un país puede aplicar medidas para proteger la salud pública, la seguridad o el medio ambiente, siempre que no sean un disfraz para proteger la producción local (Artículo XX del GATT).
- Sectores limitados en servicios: no todos los servicios están cubiertos. Cada país decide dónde asume compromisos.
- Propiedad intelectual: existen excepciones reconocidas en tratados internacionales previos (como la Convención de Berna en derechos de autor).
En la práctica, muchos conflictos surgen porque una medida parece neutra, pero en los hechos perjudica más al producto importado.
Conexión con la internacionalización y la estrategia de exportar
Para las empresas que buscan expandirse al exterior, el trato nacional es un factor que da seguridad. Cuando un mercado respeta este principio, es más atractivo para invertir y establecer operaciones.
Al planificar un plan de exportación, conviene analizar si el país destino:
- Tiene compromisos amplios en servicios y propiedad intelectual.
- Aplica regulaciones internas de manera transparente.
- Ha sido demandado en disputas de la OMC por violar trato nacional.
Esto forma parte de la inteligencia de mercados internacionales que toda empresa debería considerar antes de dar el paso hacia la internacionalización.
