El mercado de aceite de oliva en Canadá muestra un dinamismo excepcional y un crecimiento sostenido que atrae cada vez más a los exportadores internacionales. Canadá es un mercado importador por excelencia: la demanda se abastece casi por completo mediante compras al exterior.
A diciembre de 2024, las importaciones de aceite virgen y virgen extra alcanzaron los 500,7 millones de dólares canadienses, lo que representa un incremento del 59,5 % respecto a 2023. Este repunte refleja un cambio estructural en el consumo y una oportunidad concreta para productores que sepan adaptar su oferta en producto, precio y canal de distribución.
La tendencia hacia la alimentación saludable y la preferencia por productos mediterráneos de alta calidad está impulsando la demanda. Para los exportadores, el reto radica en comprender las particularidades del consumidor canadiense y los mecanismos de acceso al mercado.
¿Por qué interesa Canadá hoy?
El entorno internacional de 2024 marcó un punto de inflexión. Las sequías en países productores tradicionales, como España e Italia, provocaron una reducción de la oferta global, elevando el valor del aceite importado.
En este contexto, Canadá ha consolidado su posición como mercado estable, con consumidores dispuestos a pagar por calidad y trazabilidad. El crecimiento del segmento premium es especialmente notable, impulsado por la popularidad de la dieta mediterránea, los productos naturales y las opciones con certificaciones de origen.
El consumidor canadiense busca marcas que transmitan confianza, sostenibilidad y sabor. Los envases pequeños, los aceites con certificación DOP o IGP y las etiquetas transparentes están ganando terreno frente a los formatos genéricos de bajo coste.
Esta evolución convierte a Canadá en un destino estratégico para productores y distribuidores que deseen diversificar su cartera internacional, aprovechando un mercado de alto poder adquisitivo y consumidores informados.
Dónde se concentra la demanda
Ontario y Quebec: centros de consumo
La demanda de aceite de oliva se concentra en Ontario y Quebec, que absorben aproximadamente el 87 % de las importaciones nacionales.
Ontario, con su población diversa y su fuerte presencia de cadenas de supermercados, representa un espacio ideal para las marcas que busquen volumen y visibilidad. Los consumidores locales combinan hábitos gourmet con sensibilidad por el precio, lo que exige estrategias mixtas: líneas premium en tiendas especializadas y referencias estándar en cadenas de distribución.
Quebec, por su parte, presenta una afinidad cultural con los países francófonos y una apreciación consolidada por la cocina mediterránea. Los productos con origen europeo tienen mejor aceptación, especialmente aquellos con certificaciones o identidad regional.
Cómo llegar a estos consumidores
Para un exportador, priorizar estas provincias es la forma más eficiente de entrada al mercado canadiense. Las ferias agroalimentarias locales —como SIAL Canada— ofrecen un punto de contacto con importadores y compradores institucionales.
Además, las agencias provinciales de promoción y los programas de la Canadian Trade Commissioner Service facilitan información y apoyo para empresas extranjeras que deseen establecer relaciones comerciales sostenibles.
Canales y formatos con más recorrido
El ecosistema de distribución en Canadá está dominado por grandes minoristas como Loblaws, Sobeys y Metro, además de operadores internacionales como Costco y Walmart. Estas cadenas controlan buena parte del surtido y trabajan con marcas tanto de fabricante como de distribuidor.
En paralelo, el canal especializado —Whole Foods, Nature’s Emporium y cadenas orgánicas regionales— sigue creciendo, especialmente entre los consumidores urbanos que buscan aceites de alta gama y envases sostenibles.
El canal online se ha fortalecido después de la pandemia, con plataformas como Instacart y tiendas digitales de los propios supermercados. Para marcas premium, la venta digital permite construir reputación y captar nichos interesados en productos saludables, sostenibles y de origen europeo.
En la práctica, el acceso al mercado suele canalizarse a través de importadores o distribuidores locales que mantienen relación directa con las centrales de compra. Estos intermediarios aportan experiencia logística, conocimiento regulatorio y acceso a redes de venta consolidadas.
Requisitos que no se pueden obviar
Antes de exportar, las empresas deben garantizar el cumplimiento estricto de las normas técnicas y sanitarias.
Documentación y estándares
El aceite debe cumplir los estándares de composición y pureza establecidos por la Canadian Food Inspection Agency (CFIA). La agencia realiza controles periódicos para verificar que el producto no esté adulterado y que cumpla las especificaciones del Codex Alimentarius y del Canadian Food Composition Standards (CFCS).
Los exportadores deben preparar documentación técnica detallada y mantener trazabilidad completa desde origen hasta el punto de venta.
Etiquetado obligatorio
El etiquetado es uno de los aspectos más regulados. La información debe presentarse en inglés y francés, e incluir:
- Denominación del producto
- País de origen
- Nombre y dirección del importador canadiense
- Fecha de envasado o caducidad
- Tabla nutricional y contenido neto
- Declaraciones sobre alérgenos y posibles mezclas
La falta de cumplimiento puede derivar en sanciones o en la retención de productos en frontera. Por ello, contar con un importador con licencia en Canadá es obligatorio para gestionar los trámites y responder ante inspecciones o análisis de laboratorio.
Precio y posicionamiento
El mercado canadiense se caracteriza por una amplia segmentación de precios. En 2024, el valor medio del aceite importado se incrementó, impulsado por la menor oferta internacional y el aumento de la demanda del virgen extra.
Los precios al consumidor varían entre los productos de entrada (marcas de supermercado o mezclas) y las gamas altas con certificación de origen. En este entorno, los exportadores deben analizar cuidadosamente los costos logísticos, los aranceles y los márgenes de los distribuidores antes de fijar precios.
Posicionar el aceite español, italiano o griego como un producto de calidad garantizada, con trazabilidad documentada y premios internacionales, ayuda a justificar una tarifa superior. Las estrategias de comunicación que destaquen la sostenibilidad, la procedencia y la experiencia del productor son muy eficaces para diferenciarse en góndola.
CETA y protección de las indicaciones geográficas
El Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre la Unión Europea y Canadá representa una ventaja significativa para los exportadores. El aceite de oliva europeo ya disfruta de arancel cero, lo que mejora su competitividad frente a productores de otras regiones.
Además, el CETA garantiza la protección de las indicaciones geográficas (IGP y DOP), lo que otorga valor añadido a denominaciones reconocidas como Baena, Priego de Córdoba, Les Garrigues o Montes de Toledo.
Para las empresas con certificaciones, incluir esta información en los materiales comerciales refuerza la percepción de autenticidad y calidad. En un mercado que valora el origen y la transparencia, estas ventajas pueden marcar la diferencia en la decisión de compra.
Aspectos logísticos y de promoción
La distancia geográfica no representa una barrera insalvable si se gestiona correctamente la logística. Los puertos de Montreal, Toronto y Vancouver cuentan con infraestructura moderna y conexiones regulares con Europa.
El transporte marítimo combinado con distribución terrestre permite optimizar costos y tiempos de entrega. Además, los acuerdos de libre comercio facilitan la simplificación aduanera y reducen riesgos de retención.
En el ámbito promocional, participar en ferias como SIAL Canada, Grocery Innovations Canada o Canadian Health Food Association. ofrece visibilidad y contacto directo con compradores profesionales.
Las campañas digitales orientadas a consumidores interesados en productos mediterráneos y saludables también resultan efectivas. El mercado canadiense es receptivo a las historias de marca, a la trazabilidad y a los valores asociados con la producción sostenible.
El futuro del aceite de oliva en Canadá para el 2026
Las perspectivas para el mercado de aceite de oliva en Canadá son muy positivas. Las tendencias de consumo saludable, la estabilidad económica del país y el respaldo institucional al comercio internacional fortalecen el atractivo de este destino.
Para las empresas que buscan expandirse, Canadá ofrece un entorno predecible, regulado y con alto poder adquisitivo. Adaptar el producto al gusto local, cumplir con los requisitos técnicos y elegir un socio distribuidor confiable son los pilares del éxito.
El futuro del sector estará marcado por la innovación en envases sostenibles, la certificación digital de trazabilidad y la consolidación del canal online. Las marcas que integren estos elementos estarán mejor posicionadas para consolidarse en el mercado.
Para conocer más sobre la evolución del mercado y las oportunidades del aceite de oliva español en Canadá, te invitamos a consultar el Estudio de Mercado del Aceite de Oliva en Canadá (2025).
