¿Qué es el Derecho Internacional?

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derecho internacional

Entender el Derecho Internacional es fundamental para interpretar las reglas que rigen las relaciones entre Estados, organizaciones y actores transnacionales. A diferencia del derecho interno, su eficacia depende en gran medida de la voluntad estatal, la diplomacia y mecanismos multilaterales imperfectos. 

Pese a sus limitaciones, este conjunto de normas ordena el comercio, protege derechos humanos, regula la guerra y facilita la cooperación frente a problemas globales, desde el cambio climático hasta la gobernanza tecnológica. Reconocer su naturaleza, fuentes y límites permite evaluar por qué algunos incumplimientos quedan sin sanción y cómo las normas influyen en la política mundial.

Por qué importa entender qué es el Derecho Internacional

El origen y evolución de un sistema sin “gobierno mundial”

El Derecho Internacional nació como respuesta práctica a la necesidad de evitar conflictos entre Estados soberanos que compartían mares, rutas de comercio y recursos. En el siglo XVII surgieron principios sobre navegación, pesca y territorio marítimo, impulsados por la expansión del comercio europeo. Con el tiempo, crecieron normas relativas a diplomacia, guerra y derechos humanos.

En 1899 y 1907, dos conferencias en La Haya intentaron regular la guerra y promover el arbitraje como alternativa al conflicto. No evitaron las dos guerras mundiales, pero sentaron las bases de un sistema global más institucionalizado tras 1945.

La arquitectura posterior a 1945

El fin de la Segunda Guerra Mundial impulsó un esfuerzo sin precedentes: la creación de Naciones Unidas. La Carta de la ONU estableció normas sobre respeto a fronteras, resolución pacífica de controversias y protección de derechos fundamentales. Aunque imperfecto, ese marco ha permitido evitar un conflicto global desde entonces.

A lo largo de las décadas, se han sumado tratados sobre comercio, cambio climático, energía nuclear, espacio ultraterrestre, medio ambiente, pesca, refugiados, criminalidad internacional, diplomacia y guerra. Hoy, el Derecho Internacional es una “red” de normas que abarca prácticamente todos los sectores de la cooperación global.

Los dos pilares de las normas internacionales: tratados y costumbre

El sistema se sostiene en dos grandes fuentes:

1. Tratados y acuerdos formales

Son compromisos escritos y voluntarios entre países que definen derechos y obligaciones. Cubren desde comercio (OMC) hasta clima (Acuerdo de París), pasando por pesca, migraciones o desarme nuclear. No existe obligatoriedad universal: los Estados deciden qué acuerdos ratifican.

2. Costumbre internacional

Son prácticas repetidas y aceptadas como obligatorias incluso sin tratados formales. Incluyen reglas sobre inmunidad diplomática o prohibición del genocidio. Su fuerza depende del consenso, no de un órgano coercitivo central.

Este sistema híbrido permite flexibilidad, pero también genera vacíos que países pueden aprovechar para interpretar o ignorar normas según sus intereses.

El Derecho Internacional Humanitario y las leyes de la guerra

Las normas más antiguas, y quizá más debatidas hoy, son las que regulan los conflictos armados. Dos ramas las definen:
  • Jus ad bellum: cuándo un Estado puede utilizar la fuerza.
  • Jus in bello: cómo debe desenvolverse un conflicto si ocurre.

El uso de la fuerza está prohibido salvo en defensa propia o bajo autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando un conflicto estalla, el Derecho Internacional Humanitario —sobre todo los Convenios de Ginebra de 1949— exige proteger a civiles, prisioneros y personal médico.

Principios esenciales del Derecho Internacional Humanitario

  • Necesidad militar: cualquier acción debe perseguir un objetivo estrictamente militar.
  • Distinción: se debe diferenciar entre objetivos militares y civiles.
  • Proporcionalidad:*el daño colateral no puede superar el beneficio militar esperado.
  • Humanidad: se debe evitar sufrimiento innecesario.

Aunque son normas ampliamente aceptadas, su aplicación es extremadamente compleja. Conflictos como los de Ucrania, Gaza, Yemen, Sudán o Siria muestran dificultades crecientes cuando actores estatales y no estatales se mezclan en zonas urbanas densas.

¿Por qué los países incumplen el Derecho Internacional?

A diferencia de las normas nacionales, las internacionales no se imponen mediante un poder superior. Tres razones explican por qué los Estados pueden ignorarlas.

1. El conflicto entre normas y “interés nacional”

Si un gobierno cree que una norma internacional amenaza su seguridad o su poder, es probable que priorice su interés estratégico. Ejemplos:
  • Corea del Norte abandonó el tratado de no proliferación nuclear para justificar su programa atómico.
  • Rusia sostiene que ciertas sentencias internacionales violan su soberanía.
  • Varios países rechazan normas ambientales que consideran costosas para su industria.

2. Soberanía y desconfianza hacia instituciones externas

Muchos gobiernos temen ceder control. Por ejemplo:
  • Estados Unidos nunca ratificó la Convención sobre el Derecho del Mar, aunque exige a China respetarla.
  • Rusia rechaza fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
  • Algunos países africanos han denunciado sesgos en la Corte Penal Internacional.

3. Falta de consecuencias reales

Sin policía global, muchos países calculan que violar una norma tendrá un coste bajo o nulo. La geopolítica —especialmente el poder de veto en el Consejo de Seguridad— permite que aliados poderosos bloqueen sanciones.

El caso del Mar del Sur de China: cuando un fallo no detiene a una potencia
En 2016, el Tribunal Internacional para el Derecho del Mar dictaminó que las reclamaciones marítimas de China en el Mar del Sur de China carecían de base legal. Pekín ignoró el fallo, amplió infraestructura militar y fortaleció su presencia naval. Sin mecanismos de coerción, la sentencia quedó en el terreno simbólico y político.
Este tipo de situaciones revela la brecha entre la función normativa del Derecho Internacional y la realidad estratégica. Para el mundo empresarial, comprender esa brecha es esencial: afecta rutas marítimas, comercio, cadenas de suministro y regulaciones ambientales.


Los principales tribunales internacionales: influencia sin poder coercitivo

Aunque carecen de fuerza coercitiva directa, los tribunales internacionales cumplen funciones relevantes: definen estándares, generan presión política, abren espacio para la diplomacia y fortalecen la rendición de cuentas interna.

1. Corte Internacional de Justicia (CIJ)

El “tribunal de la ONU”, con sede en La Haya. Resuelve disputas entre Estados.

Ha sido eficaz en casos de fronteras —como la transferencia de la península de Bakassi de Nigeria a Camerún—, pero falla cuando una potencia decide ignorar sus decisiones. El caso del muro en Cisjordania es un ejemplo: Israel completó su construcción pese al fallo en su contra.

2. Corte Penal Internacional (CPI)

Juzga a individuos por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Sus límites son evidentes:
  • 124 países forman parte; grandes potencias como EE. UU., China, Rusia e India no lo son.
  • No tiene policía propia.
  • Solo diez condenas desde 2002.
  • Investigaciones sensibles pueden provocar salidas del sistema (Filipinas, Burundi).

Aun así, ha emitido órdenes de arresto que afectan la movilidad y la reputación internacional de líderes, como la emitida contra Vladimir Putin en 2023.

3. Otros tribunales regionales y especializados

  • Tribunal Europeo de Derechos Humanos
  • Corte Interamericana de Derechos Humanos.
  • Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos.
  • Tribunal para el Derecho del Mar.
  • Órganos de solución de controversias de la OMC.

El problema común: capacidad de sancionar limitada o nula.

El impacto del Derecho Internacional en el mundo empresarial

Las empresas multinacionales operan en múltiples jurisdicciones e interactúan con reglas que trascienden fronteras. Tres áreas son especialmente sensibles.

1. Comercio y cadenas de suministro

Disputas en la OMC, barreras no arancelarias, sanciones y licencias de exportación surgen de normas internacionales. Su interpretación afecta costos, planificación logística y riesgos operativos.

2. Cambio climático y sostenibilidad

El Acuerdo de París, estándares ESG, acuerdos marítimos o regulaciones ambientales globales configuran expectativas para empresas, inversionistas y reguladores. Aunque los acuerdos sean voluntarios, la presión política y social los convierte en normas de facto.

3. Tecnología e inteligencia artificial

El vacío normativo internacional en IA genera oportunidades, pero también incertidumbre. Propuestas para regular algoritmos, soberanía digital y ciberseguridad se están negociando bajo principios de Derecho Internacional.

¿Hacia dónde se dirige el sistema internacional?

El futuro depende de tres dinámicas:

1. Competencia geopolítica

La rivalidad entre potencias limita la capacidad de organismos multilaterales para imponer decisiones. El Consejo de Seguridad está paralizado en temas críticos.

2. Expansión normativa

Nuevos ámbitos buscan regulación: IA, biotecnología, cambio climático, océanos profundos, espacio exterior. La complejidad aumentará.

3. Mayor escrutinio de las sociedades

Movimientos ciudadanos, ONG y tribunales nacionales utilizan normas internacionales para presionar a gobiernos. Aunque no resuelvan disputas globales por sí solos, amplifican el efecto de las normas.

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