La exportación exige competitividad a la empresa, es por ello que la empresa que decida exportar debe realizar como primer paso un autoanálisi
La exportación exige competitividad a la empresa, es por ello que la empresa que decida exportar debe realizar como primer paso un autoanálisis con el fin de tener claro sus puntos fuertes y puntos débiles (análisis interno), las oportunidades y los riesgos del mercado a exportar (análisis externo).
Análisis interno
Los puntos fuertes de una empresa son sus ventajas competitivas, que le darán una posición privilegiada en los mercados de exportación. Sus puntos débiles, son las trabas que pueden limitar las actividades que demanda la exportación. Por ejemplo, una empresa que carezca de acceso al crédito no podrá emprender una gran campaña de promoción.
Asimismo, es necesario analizar los puntos fuertes y los puntos débiles de una empresa en relación con sus rivales para poder competir adecuadamente. Esta evaluación, desde el punto de vista de la competencia, debe tomar en consideración los siguientes aspectos: tecnología que se emplea; diseño, estilo y marcas; calidad de los productos, control de la calidad y ciclo vital de los productos; carácter completo de la gama de productos; servicio que se presta a los clientes; disponibilidad de materias primas; costos y estructura de la distribución.
Análisis externo
El análisis de los puntos fuertes y los puntos débiles de la empresa debe complementarse con un análisis de las oportunidades y de los riesgos que presenta exportar. La finalidad es determinar las mejores oportunidades comerciales y pautas de crecimiento.
Las oportunidades de la empresa en los posibles mercados pueden evaluarse en función de los clientes de exportación de la empresa, de los productos competidores, de la estructura del mercado y de los proveedores competidores. Asimismo, se deberá examinar los riesgos comerciales en el mercado seleccionado: Barreras arancelarias, comerciales, técnicas y otras medidas de proteccionismo, burocracia, barreras administrativas y falta de transparencia en procesos y trámites, entre otros factores. Por último, se deberá determinar también si esos mercados están ya “maduros”, es decir, si están ya bien abastecidos, por lo que no ofrecen una oportunidad fácilmente localizable a los productos de la empresa.
Esta evaluación nos permitirá tener claro si con los recursos actuales la empresa podrá aprovechar las oportunidades que presenta el mercado, como minimizar los riesgos o que necesitamos mejorar o adquirir para ser competitivos y poder exportar.
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