Estados Unidos y México son dos países que comparten muchas cosas y que por su situación geográfica y naturaleza hace que las relaciones co...

Estados Unidos y México son dos países que comparten muchas cosas y que por su situación geográfica y naturaleza hace que las relaciones comerciales no sean una novedad, sino que son dos países que comercian desde hace más de un siglo y que cuentan con una frontera terrestre de 3.140 kilómetros de longitud.
Las relaciones entre los países de Norteamérica es constante, no en vano, México es el segundo país con mayor inversión comercial en Estados Unidos. De enero a julio de 2022 las exportaciones de México a Estados Unidos fueron de 73.917,2 millones de dólares, el máximo histórico en la balanza comercial mejicana. Esto ofrece grandes oportunidades laborales entre ambos países surgiendo entidades como la UNIR Mexico, que cuentan con una maestría de negocios internacionales donde se analizan en profundidad los distintos casos y acciones
Todo esto se ha visto reforzado desde el momento que en 1994, Estados Unidos, México y Canadá firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como antecedente al T-MEC. Esta unión comercial supuso un aumento de la economía de los tres países. Las pequeñas y medianas empresas se vieron muy beneficiadas por este acuerdo, que como su nombre indica, permite el libre comercio de aranceles entre sí.
El día 9 de septiembre de 2021, en Washington se reactivó el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), en el que los tres países norteamericanos acordaban realizar acciones conjuntas para la generación de riqueza a través de distintas estrategias comerciales y económicas.
Un millón de dólares al minuto
Pero las relaciones comerciales entre ambos países van más allá. La frontera entre Estados Unidos y México es, a día de hoy, la más transitada del mundo y estados vecinos como los de Arizona, California y Texas cuentan como principal proveedor a México y una veintena de estados más, como el segundo. Se calcula que cada minuto se comercia entre los dos países, un millón de dólares.
Hasta seis millones de ciudadanos estadounidenses, sobre todo los residentes en los estados colindantes con la frontera, dependen sus trabajos de la comercialización con México; a lo que además de este componente laboral y económico, en muchos casos también hay que añadir el cultural.
Los principales activos comerciales son el transporte de mercancías, petróleo, televisores, computadoras y productos agrícolas. Y el clima del sur de Estados Unidos y México favorece a la producción e intercambio de bienes agrícolas y minerales. Esto, unido a una mano de obra cualificada para ello, hace que la exportación de estos productos sea una de las principales fuentes de negocio.
El futuro comercial entre ambos países está más que garantizado, y es que prácticamente la mitad de las inversiones extranjeras, en concreto el 50,8% en México, proceden precisamente de Estados Unidos.
México tiene claro que la inversión en las pequeñas y medianas empresas es la clave, ya que se trata del primer escalón de la población, y es que el 79% de los empleos del país dependen precisamente de las pymes.
Todo esto hace que las relaciones económicas y comerciales entre estos dos países estén pasando por un buen momento, independientemente de las crisis mundiales provocadas por la pandemia del COVID-19 o la guerra en Ucrania.

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