Después de dos años de aumento sostenido en las tarifas de transporte marítimo, y de afrontar una demanda inusitada, el transporte marítimo ...
Después de dos años de aumento sostenido en las tarifas de transporte marítimo, y de afrontar una demanda inusitada, el transporte marítimo se está “enfriando” rápidamente y al parecer, nos augura un 2023 en extremo complejo.
Al parecer, la caída de la demanda afectaría el negocio global, dañando a los exportadores/importadores, ya que el aumento del costo de vida cambiaria de modo radical el volumen de la demanda de los consumidores.
Se prospecta que para que los volúmenes se mantengan sin cambios a partir de 2023, es necesario que se produzca una rápida normalización de los precios de la energía, un rápido descenso de la inflación europea y que China abandone la política Cero Covid. Si nos basamos en el hipotético escenario anterior y, en el mejor de los casos, los volúmenes transportados estarán a la par con el nivel de 2022 con una tendencia a la baja. Así las cosas, los volúmenes para 2023 podrían caer hasta un 2,5% de puntos.
Ahora bien, en el caso del transporte aéreo, la demanda de carga "general" caerá más que la de carga "especial". Sin embargo, a medida que la congestión portuaria disminuya, cabe esperar que la fiabilidad de los itinerarios mejore. Esto aumentará los niveles de confianza entre los expedidores y, por tanto, reducirá la necesidad de transporte aéreo.
En consecuencia, se producirá una tendencia a abandonar el transporte aéreo para volver a la opción menos costosa del transporte marítimo. A medida que disminuye la demanda, se reduce la congestión.
En relación con las tarifas, la actual agitación económica indica que las tarifas seguirán bajando. Esperamos que las tarifas se reduzcan significativamente. Las líneas navieras intentarán luchar contra esta caída lo mejor que puedan, pero es una lucha difícil de ganar, ya que se espera demasiada capacidad en la mayoría de las rutas comerciales. A pesar de la gran consolidación de la capacidad dentro de las alianzas, las navieras todavía no están alineando o ajustando su capacidad para evitar la caída de las tarifas.
A medida que disminuyen los atascos que entorpecen las cadenas de suministro, no queda nada que mantenga elevadas las tarifas spot.
Se espera que las tarifas de carga aérea continúen su trayectoria descendente, que ha sido mucho más gradual que en el lado marítimo. Sin embargo, habrá diferencias regionales, en función de que la expansión de la capacidad supere el crecimiento de la demanda.
Después del año nuevo lunar chino (22 de enero de 2023), la demanda de carga aérea y las tarifas de flete caerán. Las tarifas a corto plazo caerán por debajo de las de largo plazo debido a los desequilibrios de la oferta y la demanda.
Cabe mencionar que es poco probable que las tarifas de carga aérea caigan a los niveles anteriores a Covid en la primera mitad de 2023. Esto se debe a la lenta recuperación de la capacidad de carga aérea en el Lejano Oriente, la escasez de mano de obra, los vuelos a Europa desviados debido a la guerra en Ucrania, los elevados precios del combustible para aviones y la alta inflación.
Ante este panorama, las empresas deben prepararse para aprovechar las pocas oportunidades que aparecerán. Aquí es donde el acceso a la inteligencia de mercado en tiempo real y a una oportuna y profesional asesoría en sus operaciones de comercio exterior, se convertirán en un arma crucial en la lucha por reducir los costos.
Los acontecimientos geopolíticos nos mantendrán a todos, muy atentos sobre el futuro de la cadena de suministros, asesoría y adaptabilidad son la clave.
María del Carmen Montolio Bravo
Directora Gestión Comex SPA Chile
Asesorías, Capacitaciones y Outsourcing en Comercio Exterior
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