A pesar de un contexto internacional adverso, marcado por tensiones geopolíticas, inflación global y cadenas de suministro aún afectadas, las economías de África mantienen una sorprendente capacidad de adaptación. Según las proyecciones del African Export-Import Bank, el crecimiento del PIB real de África alcanzará el 4,0 % en 2025, consolidando a la región como un actor emergente en la economía global.
Esta tendencia se ve apuntalada por la mejora de la integración regional, el fortalecimiento del consumo interno y el avance en la digitalización. Todo ello ha contribuido a que 41 % de las economías africanas prevean crecimientos superiores al 5 %, casi el doble del promedio mundial. Sin embargo, los desafíos estructurales no desaparecen: desde el aumento de la deuda pública, hasta los persistentes desequilibrios fiscales y las vulnerabilidades climáticas.
África ante el nuevo orden mundial: comercio, deuda y resiliencia
Factores externos: incertidumbre global y precios volátiles
Desaceleración global y reacomodo monetario
El entorno global sigue siendo desafiante. La desaceleración del crecimiento en economías avanzadas ha sido significativa, con Japón y la eurozona por debajo del 1 % en 2024. Aunque la inflación retrocede, el dólar estadounidense se mantiene fuerte y la demanda global sigue sin despegar del todo. Esta combinación afecta especialmente a las economías africanas dependientes de las exportaciones.
Tensión en cadenas de suministro y logística
A pesar de una disminución en los costos de envío, las cadenas de suministro globales siguen frágiles. En 2024, el costo logístico sigue siendo el doble del promedio prepandemia. La reconfiguración de rutas comerciales y el aumento en el precio de los combustibles continúan afectando la competitividad de las exportaciones africanas.
Motores internos del crecimiento africano
La demanda interna como columna vertebral
El consumo de los hogares se ha consolidado como motor del crecimiento, aportando 2,7 puntos porcentuales al PIB africano en 2024. La inversión privada pierde tracción, y el gasto público apenas logra recuperar niveles positivos. Las exportaciones netas siguen en terreno negativo.
Servicios en alza, industria estancada
El sector servicios, especialmente los vinculados a tecnologías digitales, representa el 2,3 % del crecimiento total, mientras que la industria solo aporta 0,5 puntos porcentuales. La agricultura, golpeada por eventos climáticos extremos, muestra una leve mejoría, con una contribución de 0,33 puntos.
Divergencias entre economías
Las economías no intensivas en recursos se consolidan como líderes, con un crecimiento del 5,1 % en 2024. En contraste, las economías dependientes de materias primas crecen apenas un 2,3 %. A nivel regional, África Oriental lidera con un 4,4 %, destacando Ruanda (8,6 %) y Etiopía (6,6 %). El norte del continente pierde dinamismo, arrastrado por la inestabilidad en Libia y la debilidad estructural de Argelia.
Inflación persistente y política monetaria de África
Tensiones inflacionarias estructurales
La inflación promedio africana fue del 19,3 % en 2024, con picos en países como Sierra Leona (36,6 %) y Egipto (33,3 %). África Occidental presenta la mayor presión inflacionaria regional (21,4 %), mientras que el sur del continente logra una desaceleración destacada.
Respuestas monetarias asimétricas
La reacción de los bancos centrales ha sido contundente: las tasas de interés aumentaron en promedio 2,1 puntos porcentuales. Egipto y Nigeria lideran con subidas que superan los 6 puntos. En cambio, las uniones monetarias como WAEMU y CEMAC, ancladas al euro, muestran estabilidad.
Déficits fiscales y presión por deuda de África
Una carga fiscal creciente
El déficit fiscal promedio africano llegó al 5,8 % del PIB en 2024, con África del Norte en niveles críticos (9 %). El deterioro fiscal se debe al aumento del gasto público, depreciaciones monetarias y pago de intereses sobre deuda acumulada.
Riesgos de sostenibilidad de la deuda
La deuda pública africana se mantiene por encima del 67 % del PIB. El servicio de esta deuda absorbe el 27,5 % de los ingresos fiscales. Las tasas efectivas superan el 8 %, encareciendo el acceso a financiamiento y reduciendo el margen para inversiones en salud, educación e infraestructura.
Comercio exterior de África: resiliencia con matices
Recuperación desigual del comercio de bienes
En 2024, el comercio de bienes en África creció 5,8 %, con exportaciones al alza (9,8 %) y un superávit comercial mejorado. Este repunte es impulsado por la estabilización de precios en recursos energéticos y minerales estratégicos como el cobalto y el manganeso.
Liderazgos emergentes en exportaciones
Sudáfrica concentra el 15 % del comercio total africano, seguida por Nigeria y Angola. Los países exportadores de petróleo y minerales críticos para la transición energética global se benefician de una demanda sostenida.
Acceso al financiamiento y calificación soberana de África
Mejora en la emisión de deuda externa
Gracias a mejoras en las calificaciones crediticias soberanas, países como Benín, Camerún, Zambia y Côte d’Ivoire volvieron a emitir Eurobonos en 2024. En total, se colocaron más de 20.900 millones de dólares en títulos, con vencimientos a largo plazo.
Riesgos latentes
Aunque el regreso a los mercados es positivo, las altas primas reflejan el riesgo percibido. Países como Niger y Uganda sufrieron rebajas en su calificación, recordando que la sostenibilidad fiscal sigue siendo clave para mantener la confianza inversora.
Posición externa y vulnerabilidad estructural de África
El déficit en cuenta corriente aumentó al 2,4 % del PIB en 2024, impulsado por el deterioro en países como Egipto, Argelia y Marruecos. En el otro extremo, África Central mejoró su posición gracias a su condición de exportadora neta de petróleo.
En conclusión, África se enfrenta a una compleja combinación de oportunidades y amenazas. Su desempeño económico de cara a 2025 dependerá de la capacidad de mantener la estabilidad macroeconómica, acelerar la diversificación productiva y aprovechar las ventanas que ofrece la transformación del comercio global.
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