Hace varios años, para ingresar un producto agrícola al mercado internacional bastaba con cumplir con las exigencias de sabor, color, calibre, peso, etc.; sin embargo, este concepto ha cambiado en los últimos años. Hoy en día, donde la información está al alcance de un clic, los consumidores son más exigentes, ya no busquen un producto por su bajo precio, destacando entre ellos los productos agroindustriales, sino por aquellos que reúnan una serie de cualidades como la presentación, la calidad, las posibilidades de preparación (producto limpio de residuos químicos) o el respeto hacia el ser humano (seguridad y salud de los productores) y el medio ambiente que ha tenido durante su fase de producción.

Los consumidores exigen cada día más saber qué es lo que comen, de dónde procede y cuál ha sido el camino de uno u otro producto desde que, por ejemplo, se cosecha, se empaca, hasta que llega al punto de venta, pasando por todo el proceso evolutivo que se desencadena. Los consumidores reclaman alimentos naturales, sanos y de calidad, libres de enfermedades y sin ningún tipo de aditivo innecesario. Ante ello, los gobiernos han implado diferentes medidas de control y vigilancia fiables para satisfacer sus necesidades de garantía y seguridad alimentaria.

Por ello, las empresas agroexportadoras deben adoptar certificaciones que garanticen calidad alimentaria, cultivos ecológicos, orgánicos, biológicos y la producción integrada, y así, lograr competir con otros países para ingresar a mercados cada vez más grandes, pero más exigentes.


Actualmente, existe un gran número de certificaciones que pueden clasificarse como: vinculadas a la calidad, responsabilidad social y aquellas que son exigidas por las cadenas de supermercados internacionales (retail).

Las primeras están referidas a determinados procesos o cumplimiento de estándares referidos al producto, entre ellas tenemos:
Las segundas, relacionadas a acciones destinadas a cuidar la integridad de sus trabajadores y de su entorno (comunidad), por ejemplo:
Y las terceras, de exigencia exclusiva de los importadores, entre ellas tenemos:
Las certificaciones más utilizadas por las empresas son las referidas a la calidad e inocuidad de los productos. Ello corresponde a que la mayoría son requisitos importantes para ingresar a los mercados internacionales, por ejemplo ingresar a los mercados de Estados Unidos, Unión Europea y Japón. Por otra parte, en este grupo de certificaciones no solo se encuentran las que siguen un proceso productivo con estándares de calidad altos, sino también aquellas que incluyen conceptos dedicados al medio ambiente (como la certificación RAS) y las creencias religiosas (como el certificado Halal).

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